Sí, ya sé que la conciencia de la historia ha quedado hoy reducida a la celebración de efemérides y aniversarios, pero no me he resistido a bucear en el pasado para observar qué dieron de sí en el ámbito de la literatura los años terminados en 3 del último siglo; un arbitrario ejercicio que me ha deparado por un lado curiosas sorpresas, por otro la constatación de flagrantes olvidos, y por último una nada desdeñable guía de lectura del siglo XX para provecho de ociosos. ¡¡¡En 1913, hace un siglo, Kafka escribió «La metamorfosis» y Proust se autoeditó «Por el camino de Swann», primer volumen de su fascinante busca del tiempo perdido!!! En el 23 me quedo con las «Elegías a Duino» de Rilke y la desgraciadamente poco conocida «La conciencia de Zeno», de Italo Svevo, inmersión en primera persona en el interior de una mente. En el 33 coinciden las «Divinas palabras» de Valle y las «Bodas de sangre» de Lorca; y también el mejor Malraux, el de la insurrección comunista en Shangai de «La condición humana». Nos vamos a detener en 1938 por lo del 75 aniversario: Artaud predica en el desierto pero revoluciona el arte escénico con «El teatro y su doble»; Sartre inaugura el existencialismo con «La Nausea», Orwell nos regala su impagable y fresquísimo «Homenaje a Cataluña», Alfonsina Storni entra en el mar para no regresar, y el polaco y pronto forzosamente argentino Witoldo Gombrowicz publica otra de las novelazas tristemente poco conocidas del siglo: «Ferdidurke». En el 43, un año antes de perderse con su avión, Saint Exupèry publica el long-seller del siglo: «El principito»; y Max Aub da inicio con «Campo cerrado» a su monumental y poco leído ciclo «El laberinto mágico», espléndida crónica en seis novelas de la guerra civil y de los años previos y posteriores. Pero ya no hay sitio. Seguiremos en la próxima columna este azaroso periplo.