Último fin de semana de agosto, pero las ganas de fiesta no cesan en Euskal Herria. Ayer fue Irunberri quien prendió la mecha para ir poniendo punto y final al verano de la mejor forma posible. De juerga.

Irunberri ya quemó las primeras horas de las fiestas entre pote y pote. Y estos solo serán los primero de los muchos que quedan por delante en este fin de semana. Arrancaron, y lo hicieron de la mano de los capitanes del equipo del pueblo, el CD Irunberri, Iker Iturbide e Ibai Martinez, que compartieron el txupinazo con Carlos Zozaya, concejal de Izquierda-Ezkerra.

De esta forma el pueblo de Irunberri quiso premiar el ascenso a la división de Preferente que logró el joven conjunto la pasada temporada. Comenzaron el verano celebrando el ascenso, y lo cierran con las fiestas del pueblo. Sin embargo, estos no son los únicos motivos de festejo del año. El club cumple 90 años como máximo representante deportivo del pueblo de Nafarroa, y qué mejor forma para celebrarlo que regresando a Regional Preferente. Ahora, tienen hasta el miércoles para celebrar estas y cualquier otra excusa en un amplio programa.

La plantilla del Irunberri tiene todavía dos semanas hasta que llegue la primera jornada en su nueva categoría, pero ya deberían estar afinando su puesta a punto. Las fiestas pueden ser un escollo en esta preparación.

Desde que explotase el txupinazo las calles fueron tomadas por txarangas y gaiteros que marcaban el ritmo a los gigantes. Al mismo tiempo, los cabezudos hacían reir y llorar, por igual, a los más pequeños. Unos disfrutaban mientras otros no se despegaban de los brazos de su aita o su ama.

La fiesta prosigue. Hoy, las dianas recorrerán las calles de Irunberri a las ocho de la mañana, mezclándose con aquellos que todavía no hayan regresado a casa después de una dura noche. Puede que la labor de la txaranga sea doble y, además de poner la música, deba recoger a aquellos que tras una larga noche traten de encontrar el camino a casa y guiarlos. Algunos, algo más precavidos, habrán marchado a casa un rato antes y no habrá ruido que los despierte de ese profundo sueño que es la previa de una dulce resaca.

Comida popular de Herrira

Dulce o no, con resaca o sin ella, las fiestas siguen adelante, y las fuerzas deben presentarse intactas a cada cita. Para ello resultan imprescindibles los almuerzos. Comenzar el día con una buena dosis de energía resulta fundamental a medida que los días van avanzado. Sabedores de ello se organiza la degustación de vino y quesos el domingo al mediodía, cuando ya se arrastra el cansancio de dos jornadas nocturnas sobre las espaldas.

La solidaridad con quienes no pueden celebrar las fiestas en casa también estuvo presente en el inicio de las fiestas. Los vecinos de Irunberri celebraron una comida popular organizada por Herrira en recuerdo de aquellos que se encuentran presos, brindando por no tener que volver a repetir actos como este.