Del envío de tropas a la promesa de un pacto agropecuario en Colombia
Horas después de que en una comparecencia televisada ordenara el despliegue de 50.000 soldados y la militarización de Bogotá, en respuesta a los enfrentamientos registrados el jueves en la capital tras las multitudinarias manifestaciones en apoyo al paro agropecuario, así como la retirada de la delegación gubernamental que negociaba una salida al conflicto, el presidente Juan Manuel, Santos anunció que su Gobierno promoverá un pacto nacional por el sector.
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En una comparecencia convocada a las siete de la mañana, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ordenó la militarización de la capital y varios municipios con el despliegue de 50.000 militares y el regreso de los encargados de negociar con los campesinos en Tunja, los ministros de Interior, Fernando Carrillo, y de Agricultura, Francisco Estupiñán.
Empleó un duro discurso al referirse a los enfrentamientos registrados el jueves en Bogotá, que se saldaron con la muerte de dos personas y decenas de heridos. Según informó el alcalde Gustavo Petro, un joven de 16 años murió de un disparo en la frente al norte de Bogotá. Su padre culpó a la Policía. Otro joven de 24 años falleció en la localidad de Engativá.
Santos ofreció «hasta cinco millones de pesos por información que permita identificar, ubicar y judicializar a estos agentes de la violencia» y que con ese fin colgarán en la página web de la Policía así como en las redes sociales imágenes de los enfrentamientos con unidades especiales de la Policía. «Vamos a desmantelar a un verdadero cártel de los vándalos», afirmó.
Y apuntó con el dedo acusador hacia la Marcha Patriótica, que, según dijo, «no busca sino llevarnos a una situación sin salida para imponernos su propia agenda. No les importan los intereses de los campesinos».
El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, volvió a hablar de «infiltrados» en las movilizaciones, refiriéndose como en ocasiones anteriores a las FARC.
«Que aquí quede claro que no hay ningunas palomitas, que aquí lo que hay son unos vándalos, criminales, al servicio de intereses oscuros, por supuesto al servicio de los terroristas de las FARC y de sus conexiones políticas», declaró.
«Ante ello, la Fuerza Pública tiene el deber de responder con toda contundencia, porque tiene el deber de defender a los ciudadanos y los bienes públicos», advirtió. Desde que comenzó el paro agropecuario nacional, 512 personas han sido imputadas por participar en las protestas y podrían ser procesadas por «terrorismo».
Pese a este adverso contexto, campesinos de los departamentos de Boyacá, Cundinamarca y Nariño anunciaron el fin de los bloqueos en las carreteras no sin antes denunciar la militarización ordenada por Santos, aunque aseguraron que mantendrían el paro «permitiendo el libre tránsito de los vehículos de todo tipo y apostándonos al borde de las carreteras». Esa era una de las condiciones impuestas por el presidente para reanudar el diálogo y permitir el regreso a la mesa de los ministros de Interior y Agricultura.
Horas después, en una nueva comparecencia, Santos anunció que su Gobierno va a «trabajar para construir un gran pacto nacional por el agro y el desarrollo rural y en ese proceso vamos a incluir a todos los interesados, que no son solo los del sector agropecuario». Dijo que esta decisión la tomó tras una reunión «larga y constructiva con todo el sector productivo del país».
En declaraciones exclusivas a Telesur, el exjefe paramilitar Pablo Hernán Sierra acusó al expresidente colombiano Álvaro Uribe de ser la «cabeza del paramilitarismo». Advirtió de que supone un «riesgo» para el proceso de diálogo entre el Gobierno y las FARC-EP, porque si se mantiene en su «posición vertical, sería capaz de matarlos a todos» en caso de que lleguen a un acuerdo y dejen las armas. «Él tiene la capacidad, porque sabe como operan los grupos, cómo se organizan los grupos. Álvaro Uribe es un hombre que en este momento es activo en el paramilitarismo en Colombia», aseguró en la entrevista concedida a esta cadena.
«No ha soltado el fusil que lleva en la mente. Es un hombre de guerra no de paz», subrayó Sierra, quien acumula 14 condenas y está siendo juzgado por la muerte de más de cien campesinos.
Afirmó que el expresidente ha estado directamente vinculado con la formación de escuadrones de la muerte, como el Bloque Metro que operó en Medellín y sus alrededores.
«Uribe no disparó un fusil pero lideró, propició y fue nuestro referente. Donde lo pongan llevará el San Benito de las Autodenfensas», incidió. Aseguró que en ningún caso retirará estas acusaciones -«no sé que tendría que pasar para yo no seguir. Tal vez será mi muerte», comentó, y sugirió la posibilidad de acudir a la Corte Penal Internacional.
El jueves, el exalcalde de Medellín y gobernador de Antioquia y uno de los aspirantes presidenciales del Centro Democrático, -liderado por Uribe-, Luis Alfredo Ramos Boterose se entregó tras ser acusado de tener relación con el paramilitarismo GARA