Con el objetivo de revolver un poco el inicio del curso político en Nafarroa, el secretario general del PSN, Roberto Jiménez, no tuvo mejor ocurrencia que enviar una carta a los medios en la que destacaba que la única solución para el bloqueo político que sufre el herrialde era una convocatoria de elecciones, anunciaba -otra vez- que la época de colaboración entre UPN y PSN había terminado y se postulaba para formar una alternativa de progreso en torno a su formación.

El problema del PSN es que ya no se lo toma nadie en serio. La tragedia de Nafarroa es que, por el momento, cualquier alternativa para desalojar a la derecha tiene que contar con su visto bueno. El resultado es que el Gobierno navarro sigue estando ocupado por UPN. Y también que en las cuestiones estratégicas, el PSN sigue siendo el sostén de la derecha navarra. Por poner un par de ejemplos, la negativa a que el Parlamento investigue qué ha sucedido con la CAN o su apoyo a macroinfraestructuras inútiles y despilfarradoras como el Canal de Navarra.

Jiménez «explicó» su posición tras la primera reunión de la Mesa y Junta de Portavoces del Parlamento y señaló que esa alternativa de progreso que propugna no puede tener en cuenta a Bildu. Una línea roja que no se puede traspasar. No sé si Jiménez se cree realmente lo que se dice o piensa que a estas alturas puede engañar a nadie. Me imagino que no. Pero marginar a Bildu de la formación de un gobierno de progreso en Nafarroa no puede tener más objetivo que intentar dinamitar esa posibilidad que cada vez fragua con más fuerza.

Lo sabe muy bien Yolanda Barcina, que dirige sistemáticamente sus dardos contra Bildu. «O UPN o Bildu», dice una y otra vez. O yo o el caos abertzale que gobierna Gipuzkoa. La todavía presidenta sabe muy bien quién es su rival para moverle la silla y cambiar las cosas en Nafarroa. Y cada vez menciona menos a quien una vez fue su vicepresidente hasta que le mandó un motorista con el cese en medio de la noche. El PSN pide ahora elecciones con la boca pequeña, pero las impidió al rechazar la moción de censura. Un brindis al sol.