Murdoch quita y pone rey en las elecciones australianas del sábado
GARA | SIDNEY
Todopoderoso en Australia, donde fundó su imperio mediático, Rupert Murdoch juega el papel de árbitro en la vida política del país, quitando y poniendo rey en función de sus intereses.
Murdoch, cuyo grupo edita 17 millones de ejemplares cada día (el 59% del total), ha puesto a sus cabeceras al servicio del liberal Tony Abbot, favorito en las elecciones. Al punto de caricaturizar a su adversario, el laborista Kevin Rudd, a quien el millonario autralianobritánico apoyó en 2007.
Rudd explica su orfandad en que Murdoch se opone a la puesta en marcha de una red nacional de telecomunicación de banda ancha para llegar a todos los rincones del continente, promovida por los laboristas. Vería a un posible opositor a su cadena de televisión de pago Foxtel, la joya de la corona de su imperio.
«El humor y las convicciones de Murdoch constituyen un factor importante en las elecciones», corrobora el universitario David McKnight, autor de un libro sobre el poder político del magnate.
La cobertura de su grupo, News Corp, es tanto más importante en un país como Australia donde, fuera de Sydney, Melbourne, o Perth, tiene el control total del panorama informativo.