Cuando un anunciante anuncia un boicot de su publicidad en un programa en concreto, puede considerarse que se trata de una nueva forma de censura o de publicidad. O ambas cosas concatenadas. Anuncian el boicot y con ello presionan al canal para que quiten un programa que, por las razones que sea, no les gusta y eso no es otra cosa que un acto censor inductivo y, a la vez, en el anuncio de ese mismo boicot se produce un efecto reproductor publicitario.

Marcas que conviven con todas las miserias y bochornos de todas las programaciones, a las que de repente les entra un ataque de pureza. Marcas que se asustan por un acto de mal gusto, pero que sustentan a la TDT más descaradamente fascistoide. Doble o triple rasero para mantener posturas sociales, políticas, sensibles con temas candentes y que tienen buena audiencia que por ello levantan la sospecha de que no es tanto una reacción real, sino una manera de significarse y de reproducir de manera colateral los mensajes positivos sobre dicha marca boicoteadora.

Lo bueno es que este concepto lo ha planteado de manera directa el delegado en el Estado español de ese brebaje que llaman la chispa de la vida y que tiene unos anuncios realmente potentes formalmente, capciosos, historiados, y que considera que la actitud de muchos de estos boicots, además de hacer un seguidismo a ciertas organizaciones de extrema derecha, son llana y simplemente propaganda.

Incluso, al ser Mediaset la cadena que ha tenido más problemas de esta índole con algunos de sus programas, podría ser que se utilizase ese boicot tan anunciado y repetido por los medios, también, para torcerle el brazo, para avisarle de las consecuencias de no ser totalmente sumisa a las consignas del discurso imperante desde el gobierno y la banda de manera absoluta y sin fisuras. Por decirlo de algún modo, la otra cadena de este gobierno, además de la lamentable y reincidente manipuladora TVE, que mostró un gráfico sobre el paro, de esos que sonrojan, es Antena 3, aunque en el grupo Atresmedia mantengan la excepcionalidad de La Sexta, como manera inteligente de captar una audiencia más joven y de voto más centrado.