La presidenta del Gobierno navarro, Yolanda Barcina, volvió ayer a descartar la convocatoria de elecciones anticipadas, subrayando que «este va a ser un curso político completo».

En la rueda de prensa tras la primera reunión del Consejo de Gobierno en este curso político, Barcina, que aseguró que nunca intervino en la elaboración o modificación de las actas de Caja Navarra, volvió a emplear el discurso de que una convocatoria de elecciones anticipadas «sería perjudicial para Navarra y más en un momento en el que parece que se vislumbra la salida de la crisis económica».

De este modo, hizo caso omiso de los requerimientos de la oposición, PSN incluido, y de movilizaciones sociales multitudinarias antes del impasse estival. «Quienes desde la oposición están reclamando unas elecciones anticipadas deben ser consecuentes con sus palabras, ya que la legislación vigente permite presentar una moción de censura, pero con un proyecto alternativo, con otro programa», añadió.

«Sin embargo, consideramos que no es bueno para Navarra en estos momentos unas elecciones, y lo que tenemos que hacer es seguir trabajando para salir de la crisis», insistió. Barcina subrayó que UPN gobierna en minoría «con la legitimidad que nos dieron las urnas en las pasadas elecciones» y destacó que «obtuvimos más del doble de parlamentarios que la segunda fuerza y también tuvimos el apoyo del Parlamento Foral, que votó la investidura».

No citó, sin embargo, que esa investidura fue para un gobierno en coalición con el PSN, formación a la que posteriormente expulsó del Ejecutivo, quedando en minoría en la Cámara.

Barcina subrayó que «la ciudadanía debe saber que el año 2014 va a ser otro año duro» en lo que se refiere a los ingresos públicos. Por tanto, según dijo, el Gobierno seguirá teniendo «un escaso margen» para hacer inversiones o gastos y seguirá teniendo que aplicar «aquellas reformas necesarias para que Navarra pueda salir lo antes posible de esta difícil situación económica y más si, como parece, la economía española y la economía europea van recobrando el pulso».

Una visión contrapuesta

EH Bildu, por su parte, hizo una valoración completamente opuesta a la realizada por Barcina. En una comparecencia para exponer los objetivos del nuevo curso político, los parlamentarios Patxi Zabaleta, Bakartxo Ruiz y Maiorga Ramírez, destacaron la necesidad de dar la palabra a la ciudadanía para formar un gobierno alternativo al de la derecha y «poner coto al desmantelamiento del estado de bienestar».

Recordaron que los parlamentarios de los grupos Bildu y Aralar-NaBai conforman la segunda fuerza política en Nafarroa, por lo que asumieron que tienen la responsabilidad de liderar la oposición a las políticas basadas en los recortes antisociales y la apuesta por las macroinfraestructuras de Barcina, así como la puesta en marcha de una alternativa al Gobierno neoliberal de UPN. La creación de empleo será el principal eje de actuación de EH Bildu.

En esta línea, volvieron a reclamar la convocatoria de elecciones anticipadas en Nafarroa para dar la palabra a la ciudadanía. «La demanda de cambio e cada vez más palpable. Es imprescindible desalojar del Gobierno a UPN. Y para ello no descartamos ninguna herramienta, ni siquiera la moción de censura. El cambio es urgente y hay un clamor social que lo reclama», señaló Ruiz.

La necesidad del cambio en Nafarroa responde también a la necesidad de impulsar el proceso de normalización política, «que debe basarse en desterrar exclusiones o imposiciones como las que están viniendo desde Madrid».

Ramírez destacó que la política de UPN ha atacado las bases del estado de bienestar, como la educación, la sanidad o los servicios sociales. Así, recordó que se han privatizado servicios esenciales en beneficio de empresas privadas, como los servicios de cocinas del Complejo Hospitalario, mientras se continúan impulsando macroinfraestructuras como el Canal de Navarra, el tren de alta velocidad o el recrecimiento de Esa.