Dispar la acogida que los críticos presentes en la 70 Mostra Mostra Internazionale d'Arte Cinematografica di Venezia tributaron ayer a las películas presentadas por Patrice Leconte y Terry Gilliam. Si todos alabaron el «cine clásico» desarrollado por Leconte en «A promise», «The Zero Theorem», dirigida por Terry Gilliam, corrió peor suerte ya que, en opinión de la crítica especializada, su distópica reflexión sobre la condición humana se queda en la superficie de lo estético.

Los primeros abucheos del festival, sin embargo, se los llevó «Under the skin», una historia sobre un alienígena de viaje por Escocia, dirigida por el inglés Jonathan Glazer e interpretada por Scarlett Johansson.

Gilliam y Leconte

La película de Terry Gilliam fue comparada con su tremenda «Brazil» e, incluso, con «Doce monos», flaco favor para una cinta en la que su protagonista absoluto, Christoph Waltz, se muestra distante y no parece creerse un personaje al que le faltan tantas preguntas como respuestas, principal problema de un guión que resulta pretencioso y en el que Gilliam explora sin mucho acierto las cuestiones principales de la vida.

«A promise», película de Patrice Leconte y rodada en inglés, gustó mucho a la crítica especializada que la calificó de cine de época, espléndidamente rodado, para una historia que se desarrolla en Alemania a comienzos del siglo XX, protagonizada por Rebecca Hall, Richard Madden y Alan Rickman y basada en una novela corta de Stefan Zweig, «Viaje al pasado».

Es esta una historia bastante simple, la de un joven que se enamora de la mujer de su jefe, y que Leconte sabe contar con delicadeza y apasionamiento al mismo tiempo.

Femen en Ucrania

Además, fuera de concurso se presentó «Ukraine is not a brothel» (Ucrania no es un burdel). El documental, realizado por Kitty Green, se adentra en Femen, un movimiento que se ha extendido por todo el mundo, y que les obligó a salir de Ucrania por las amenazas recibidas. «Ha sido necesario porque los políticos y los servicios secretos ucranianos nos estaban atacando duramente. Ahora tenemos el cuartel general en París y tenemos otras diez sedes en todo el mundo», explicó Inna Shevchenko, activista de Femen presente en la Mostra.