A pesar de tener que correr con el rostro totalmente desfigurado por la picadura que una abeja de la que no pudo tratarse debido a las estrictas medidas anti dopaje -no está permitida la utilización de las pomadas con corticoides que suelen emplearse en estos casos-, Vincenzo Nibali recuperó ayer el liderato de una Vuelta sin dueño tras la disputa de la única contrarreloj individual del recorrido, al aprovechar el mal día del hasta ayer líder Chris Horner. No obstante, las heridas abiertas por el italiano tampoco fueron demasiado profundas, ya que tiene hasta a tres corredores, Nicolas Roche, a 33 segundos, y a Valverde y al propio estadounidense del RadioSchack, igualados a 46 segundos, a menos de un minuto, con los Pirineos por delante.

Como sucede en este tipo de cronometradas, los casi 39 kilómetros de ayer en Tarazona, albergaron dos luchas diferentes. En la primera, los dos mejores especialistas de la actualidad, Fabian Cancellara y Tony Martin, llamados a luchar por el maillot amarillo en el Mundial de Florencia con permiso de Wiggins y Phinney, se disputaron la etapa, una victoria con arreón moral de cara a la cita de finales de este mes, por mucho que el circuito de la Toscana poco o nada tendrá que ver con el de ayer por tierras aragonesas, con un puerto de tercera categoría a mitad del recorrido.

El suizo de RadioShack fue mejor en todos los puntos intermedios y volvió a dar un golpe sicológico al alemán del Omega, al que ya dejó sin el triunfo de etapa en la sexta etapa en Cáceres, tras 175 kilómetros de fuga en solitario.

Cara y cruz

Aunque las diferencias finales no fueran excesivas, la crono de ayer sí que dejó un parte de vencedores y vencidos en cuanto a la lucha por la general.

Entre los primeros hay que destacar, por supuesto, a Nibali, cuarto en la etapa, quien una vez más volvió a dar muestras de su gran versatilidad, para solo ser superado en meta por los dos especialistas y un más que sorprendente Pozzovivo, tercero con un segundo menos que el líder de Astana. El escalador de Ag2r fue, sin duda, la gran sorpresa de la jornada y, a 2.44 en la general, puede ser uno de los animadores de la carrera.

Alejandro Valverde, séptimo a 27 segundos de Nibali, también salió reforzado, y eso que pinchó en el momento más inoportuno, en plena subida al Alto del Moncayo. Roche, sexto, y un mejorado Samuel Sánchez, décimo, también pueden hacer un balance positivo de su crono.

En el otro bando, Horner, al que nunca se vio cómodo, y un Joaquim Rodríguez que quizá abusó de desarrollo al montar su máquina, fueron los grandes derrotados, cediendo 2.54 y 3.01, respectivamente. Iván Basso, a 2.43, salió solo un poco mejor parado que ambos.