«Riddick» es una franquicia inspirada originalmente en «Alien», junto con otros títulos que combinan la ciencia-ficción y el terror. David Twohy, que había empezado haciendo películas de serie B, realizó la germinal «Pitch Black» con muy pocos medios. Debido a lo rentable que resultó, hubo una secuela que costó ya 105 millones de dólares. Pero «Las crónicas de Riddick» apenas recuperó la inversión y tuvo malas críticas, convirtiéndose en un fiasco.

El batacazo no impidió que Vin Diesel, lanzado a la fama por aquella primera entrega, se sintiera eternamente agradecido con el personaje, siendo el que se ha empeñado en resucitrarlo de nuevo.

Jordi Santana

El estelar Vin Diesel necesitaba para «Riddick» un villano a su altura, y lo ha encontrado en el actor catalán Jordi Mollà, cada vez más asentado dentro de Hollywood en papeles delictivos de procedencia latina. Esta vez no es un narcotraficante, pero hace de un mercenario llamado Santana, el cual lidera un grupo de cazarecompensas que trata de capturar al furyano, debido a que los necróferos han puesto precio a su cabeza. Para regresar a su planeta, el héroe solitario se entrena primero en plan survival con las criaturas alienígenas que le atacan, lo que da lugar a un buen prólogo visual.