Angel Carromero, el pepero condenado a cuatro años de prisión en Cuba por homicidio imprudente volvía ayer a la portada de «El Mundo», en esta ocasión porque la Audiencia Nacional española «se opone al indulto de Carromero alegando falta de `arrepentimiento'».

En un punto editorial, el diario de Pedro J., que no hace mucho nos contaba la película de Carromero sobre lo ocurrido en Cuba el día de su detención, decía que, «pese al informe negativo de la Audiencia», El Gobierno español «debería indultar a Carromero». El argumento que utilizaba era el siguiente: «La Audiencia Nacional se opone al indulto de Ángel Corromero al considerar, entre otras cosas, que hay una `falta de arrepentimiento'. Pero lógicamente no se puede arrepentir porque él se sigue proclamando inocente». Que vayan a cualquier prisión española o de cualquier país y verán cuántos se proclaman inocentes. Y, sin duda, muchos lo serán, pero no merecen la atención de «El Mundo».

Continuaba afirmando que el Gobierno «debería indultar a este militante del PP por un motivo fundamental: la falta de garantías en el proceso en el que fue condenado en Cuba por imprudencia temeraria en al muerte de Oswaldo Payá. No hubo una investigación creíble y fue sentenciado por un tribunal de dudosa imparcialidad». A servidora le suena eso, bastante habitual en los procesos contra militantes vascos. Pero daba más argumentos: «la familia de la víctima, la única perjudicada, pide también esta medida de gracia». En fin, a estas alturas parece necesario aclarar que Carromero fue detenido, tras el accidente, el día 22 de julio de 2012, tres meses después fue condenado a cuatro años de cárcel, el 29 de diciembre del mismo año fue trasladado al Estado español para cumplir el resto de la condena y el 12 de enero salió de prisión en tercer grado, y en febrero ya no tenía ni siquiera que pernoctar en prisión cuatro días a la semana. Es decir, que cumplió medio año de talego y, según «El Mundo», «Aunque resulta comprensible que el Gobierno quiera respetar el acuerdo con el régimen cubano, hay razones de mucho peso para indultar a Carromero». Sí, puramente humanitarias... En fin, solo le faltaba pedir que le indemnicen.