Atenor de lo manifestado ayer por el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, la recuperación de la eurozona no es tan clara como al parecer anunciaban los últimos datos económicos. Ayer el BCE decidió mantener los tipos de interés en el mínimo del 0,5%, y Draghi afirmó que incluso podrían volver a bajarlos, dada la debilidad de esa recuperación. También dijo que los riesgos que la amenazan son cada vez menores, pero la precaución mostrada por el BCE es muestra de que el anunciado fin de la recesión no es como para lanzar campanas al vuelo.

El presidente del BCE se refirió también a la posibilidad de un tercer rescate para Grecia, admitida ayer por el Eurogrupo y que ya había apuntado su presidente, Jeroen Dijsselbloem, el pasado agosto. Draghi quiso dejar claro que si se decidiese «apoyar» nuevamene a Grecia, esa ayuda conllevaría ciertas condiciones, es decir, más ajustes. Según Dijsselbloem, «los problemas de Grecia no estarán completamente resueltos en 2014, y es realista asumir que será necesario más apoyo más allá del fin del programa». Lo cierto es que los problemas de los ciudadanos griegos, no estarán resueltos ni en 2014 ni mucho después, y un tercer rescate difícilmente los resolverá. El nuevo «apoyo» a Grecia significará nuevas exigencias a ese país, nuevos sacrificios para las capas populares griegas.