Así decía Marx, se repite la Historia. Después de agosto, con más de las dos terceras partes de los creadores de realidad de vacaciones, con periódicos de apenas una docena de páginas y telediarios centrados en lo meteorológico, llega la vuelta al cole. Es decir, el eterno retorno de lo mismo. Al hastío del trabajo cada vez en condiciones peores se le une una realidad que parece no haber cambiado un ápice. Un bucle infernal reflejado en los noticiarios. Así, por las Españas, de nuevo Gibraltar. Un día el Gobierno español parece dispuesto a invadir la colonia de la pérfida Albión y otro día se alía con ella para atacar a Siria porque son los deseos del Amo. Dice el premio Nobel de la Paz que será una «intervención militar limitada», ya que «no habrá tropas estadounidenses sobre el terreno». Sobre el «terreno» y sus habitantes, únicamente, caerán misiles. Los misiles son del tipo inteligente, solo matan a los malos. A diferencia de las armas que usan los malos, como las armas de destrucción masiva de Irak y las armas químicas de Siria que, principalmente, matan a pobres niños e indefensas mujeres.

Así decía Marx, se repite la Historia. Yo animaría a Rajoy a no arrugarse, limitando su participación a un mero apoyo logístico de algún que otro barco. El ministro de Defensa, Pedro Morenés, que el viernes corrió al Pentágono, asegura que EEUU no ha pedido usar sus bases en España. ¿No resulta tierna la candidez del ministro? ¿EEUU pidiendo permiso para utilizar sus bases? Yo que Mariano, al alba y con viento de levante, como en Perejil, enviaría dos tabores de Regulares a Siria, ganándonos la admiración del mundo libre y el agradecimiento de Obama, al tiempo que una bandera de la Legión con la cabra se hace con el Peñón expulsando a británicos y a monos.

Los prelados, asimismo, en su línea. El obispo de Segovia, Ángel Rubio, un cielo de hombre de labios finos y delicadas formas, recomienda «compasión, respeto y delicadeza hacia los que `padecen' homosexualidad».

Por tercera vez, los habitantes del Madrí borbónico andan esperanzados en ser olímpicos y paraolímpicos en 2020 (escribo esto antes del resultado de la votación). Yo he puesto una vela a San Martín de Porres (más morenico que San Fermín) y otra a San Isidro Labrador para que así sea. Es más, en mi ánimo está, lo digo por si alguno se anima también, iniciar una campaña para que Madrí sea la próxima sede de los Juegos Olímpicos de Invierno y de los de Otoño, Primavera y Verano, si los hubiera. Y otra para que dentro de Madrí capital se construyan no uno, sino dos o tres circuitos de Fórmula-1, 2 y 3. Que el obsoleto y lento metropolitano que recorre su subsuelo sea reemplazado por trenes de alta velocidad de los llamados AVE evitando, así, improductivas pérdidas de tiempo en los desplazamientos de casa al trabajo. ¡Coño, que sean felices! Contentos y distraídos unos, los curritos y los parados, con el deporte, y satisfechos los otros, los patronos y sus políticos con los beneficios de las infraestructuras deportivas y el mantenimiento de las mismas, a ver si así nos pueden dejar un poquito en paz.