EH Bildu cree que el pacto PNV-PSE mantiene el modelo de la crisis
EH Bildu criticó ayer que lo que se conoce del acuerdo alcanzado entre PNV y PSE no aporta soluciones a los problemas reales del país, puesto que se mantiene dentro del modelo económico que ha producido la crisis y no hace frente a las imposiciones españolas que la refuerzan y que impiden a la ciudadanía vasca dotarse de instrumentos propios para encontrar soluciones. La coalición abertzale sostiene que el pacto responde a las necesidades de ambos partidos.
GARA | GASTEIZ
«¿Dónde está la decisión de emprender políticas propias? ¿Dónde están las medidas para defender e impulsar el ámbito de decisión vasco? ¿Dónde están los compromisos para defender y garantizar los derechos sociales y laborales? ¿Cuáles son las medidas que proponen para que se respeten las competencias de nuestras instituciones?». Son preguntas que en opinión de EH Bildu no tienen respuesta en el pacto alcanzado por PNV y PSE, presentado el lunes. La coalición abertzale ve claro que no busca soluciones a los problemas del país, sino a las necesidades de ambas formaciones.
Una pregunta más: «¿Hay salida en un modelo político de negación de la nación vasca, de dependencia e imposición como el actual, donde se nos imponen reformas laborales, educativas y medidas económicas?» La respuesta para EH Bildu es que «evidentemente no». Mientras que critica que «el acuerdo EAJ-PSE pretende apuntalar el modelo actual, que es en definitiva el que nos ha sumergido a este país en la grave crisis económica, política y social».
Oskar Matute, Unai Ziarreta, Rebeka Ubera y Joseba Permach comparecieron ayer en Donostia, donde aseguraron que «la respuesta a la crisis es una batalla por la democracia y la soberanía». Por contra, sostuvieron que el acuerdo cerrado el lunes por PNV y PSE «no responde ni a lo uno ni a lo otro, sino a unos intereses partidistas y particulares y a esconder las carencias de dos fuerzas políticas que anteponen la supervivencia en el poder a la solución de los problemas reales de la ciudadanía vasca».
La coalición independentista estima que la situación actual exige acuerdos profundos «trabajados, elaborados y consensuados con los agentes políticos sociales y sindicales». Y una de sus características debe ser hacer frente a las imposiciones de «medidas neoliberales» de recorte de derechos sociales y laborales y los decretos recentralizadores que llegan de Madrid. Y no ven en el acuerdo nada de eso. Es más, sostienen que el pacto «refleja que el PNV mira hacia Madrid y acepta sin rechistar todas sus políticas económicas e imposiciones».
LAB ve un muro de contención
El acuerdo suscitó también la crítica del sindicato LAB, que observa que «cuando en Euskadi el soberanismo coge fuerza, llega a nuevos escenarios, las posibilidades de cambio son reales y hay que optar, aparece el pacto PNV-PSE para ser un muro de contención a esa demanda de cambio de la sociedad».
La secretaria general del sindicato abertzale, Ainhoa Etxaide, afirmó en Bilbo que se trata de un pacto hecho «para que nada cambie y poder hacer los presupuestos». Explicó que es «un acuerdo de estabilidad entre el lehendakari saliente (en referencia al socialista Patxi López), que hacía unas políticas, y el lehendakari que entra (por Iñigo Urkullu, del PNV), que sigue haciendo las mismas políticas ante una sociedad que demanda cambios». Y concluyó que el acuerdo alcanzado «no tiene nada nuevo en los contenidos, no va a cambiar las políticas y tampoco es novedosa la fórmula».
ELA exige información
ELA, por su parte, centró su reacción al acuerdo en la exigencia de conocer todos sus contenidos. Según denunció en una nota, «es inaceptable la forma de actuar del PNV y del PSE; dan a conocer grandes cifras sin facilitar la información necesaria para que puedan ser valoradas». Una forma de actuar que, a su entender, forma parte de la «propaganda habitual de los gobiernos» y cuyo objetivo es «evitar el debate y hacer imposible la crítica a través de la filtración de información parcial y la exclusión de la participación social».
Mikel Noval, responsable de Estudios de ELA, señala que «no hay derecho a que esos dos partidos tengan un acuerdo cerrado con sus respectivos anexos, y que estos sean ocultados para favorecer una política de propaganda». Y reiteró que «el objetivo es manipular a la sociedad ocupando, un día si y otro también, el espacio mediático con datos sesgados, filtrando información parcial a determinados medios y excluyendo la participación social».
Por todo ello, ELA dice que hará una valoración del contenido del pacto cuando se conozca en su integridad.
Satisfacción en Lakua
El portavoz del Gobierno de Lakua, Josu Erkoreka, destacó por contra que el acuerdo alcanzado entre PNV y PSE dota de «estabilidad» al Ejecutivo autonómico, dado que incluye compromisos en aspectos «nucleares» de la acción gubernamental que tienen «proyección para toda la legislatura». Erkoreka no quiso calificarlo de «pacto de legislatura», aunque dejó «en las manos» de terceros la posibilidad de definirlo de esa manera.
El portavoz del gabinete de Urkullu añadió que este acuerdo «facilita la relación» con el PSE de cara a posibles acuerdos para aprobar los proyectos legislativos que, al margen de los presupuestos, el Ejecutivo lleve al Parlamento. Sin embargo, Erkoreka destacó que eso no significa que se vaya a «excluir» a otras formaciones ni a «circunscribir» las negociaciones al PSE.
Josu Erkoreka recalcó que el acuerdo que el próximo lunes firmaran PNV y PSE en presencia del lehendakari, está abierto a otras formaciones y, además de afectar al Ejecutivo autonómico, tiene vocación de plasmarse en otras instituciones.
El pacto PNV-PSE ha dado lugar a un cambio en el calendario de arranque del curso parlamentario. El pleno de política general se adelanta del 26 de setiembre al 19, para dejar esa fecha libre y realizar un pleno monográfico sobre fiscalidad que dé rango oficial a las reformas previstas en el acuerdo.
La portavoz de la Diputación de Gipuzkoa, Larraitz Ugarte, expresó ayer su «preocupación» por el pacto entre PNV y PSE, que cree que tiene como objetivo «detener» la «vía» de la reforma fiscal emprendida por el gobierno de Bildu en este territorio.
El secretario general del PP de la CAV, Iñaki Oyarzábal, pidió un acuerdo «de más amplia base» que conduzca hacia «una fiscalidad similar en todos los territorios», pero que respete «su propia singularidad».
La agenda semanal del Parlamento de Gasteiz sigue manteniendo para el viernes a las diez de la mañana la convocatoria de reunión de la Ponencia de Paz y Convivencia, que el PSE había pedido al PNV que aplazara, para poner a examen la actitud de EH Bildu. El portavoz parlamentario del PNV, Joseba Egibar, aseguró ayer en Euskadi Irratia que su partido está haciendo esfuerzos para que el PSE acuda a la cita, y afirmó que en la reunión del pasado lunes le instaron a que lo que tenga que decir o exigir lo haga en el seno de la ponencia.
Según fuentes del PSE que recogía la agencia Efe, este partido no ha decidido todavía qué hará el viernes. Ayer se reunió la Comisión Ejecutiva y mañana lo hará el Comité Nacional, aunque en principio en su orden del día no hay más puntos que la ratificación del pacto con el PNV.
En sus declaraciones, Joseba Egibar dijo que su partido ha dicho estar dispuesto a seguir en la ponencia, «aunque se quede solo». Pero reconoció que esta es «una forma de hablar», puesto que el PNV considera que es importante que tanto el PSE como el PP participen en sus trabajos.
Precisamente desde las filas del PP, Iñaki Oyarzábal, llamó al PNV a «mantener la presión» sobre EH Bildu para que «siga haciendo el recorrido democrático» y evitar «que se crezca» y vuelva a hacer «el discurso de la Batasuna de hace diez años».
Entre tanto, desde las filas independentistas tanto la portavoz parlamentaria de EH Bildu, Laura Mintegi, como el presidente de Sortu, Hasier Arraiz, insistieron en su disposición de seguir trabajando en la ponencia, y denunciaron las maniobras de quienes no quieren avanzar en la normalización. GARA
