Los trabajadores del Hotel Ercilla han retomado las movilizaciones en defensa de las condiciones laborales. Porque denuncian una bajada de salarios, el descuelgue por parte de la dirección del pacto de empresa y la aplicación de la reforma laboral. Reclaman también una mejor gestión de la empresa con la presentación de un plan de viabilidad creíble. Antonio de la Cruz, Víctor Zubizarreta y Josu Lasanta explican que después de haber hecho «un esfuerzo salarial el pasado año la dirección nos ha aplicado recortes inasumibles».

¿Vuelven a las movilizaciones?

Así es. No nos queda más remedio. Estaremos el 18, 20 y 25 de setiembre desde las 15.30 a las 16.30 en la puerta del Hotel Ercilla. El 27 de setiembre de 8.30 a 9.30 realizaremos una concentración porque acude a una charla el presidete de Confebask, Miguel Angel Lujua. Y el 30 de setiembre, también protestaremos en un desayuno de Fórum Europa.

¿Qué situación atraviesan?

Somos 174 trabajadores, pero hace unos años doblábamos esa plantilla. Desde hace dos años la dirección lo único que está haciendo es despedir y recortar nuestros salarios. Es inaguantable. Es cierto que la apertura de más hoteles y la crisis han afectado, pero, en realidad, somos nosotros los paganos. Porque el equipo de dirección se ha reformado y ellos cobran más de cuatro veces lo que cobra la plantilla en general, que no pasa de 1.200 euros. Lo que ocurre es que no nos dan datos del equipo de dirección. Se niegan.

¿Crece el malestar?

Sí, porque vemos recortes, pero también una mala gestión en cuanto a captar clientes, eventos, etc. Se cerró el restaurante hace dos años, la pastelería y se reduce a la mínima expresión el bar. Van quitando a eventuales y, al final, la plantilla está ya a su mínima expresión. Este hotel pertenece a la familia de Ramón Anasagasti, que tiene una constructora con ese nombre, y su hermana, Marian. El marido de ésta fue el director, Agustín Martínez Bueno. Se jubiló y dejó a los hijos el control y estamos de recorte en recorte.

¿Qué facturación obtuvo?

Nos dicen que el 61% de lo que factura se lo llevan los gastos de personal, pero no desglosa cuánto pertenece a la dirección. En 2012 cerró con 10,76 millones y en 2011 llegó a los 11,7 millones. El problema no es económico, sino de gestión.