COMPROMISOS DE eh bildu para un proceso soberanista
EH Bildu toma compromisos y tiende la mano para iniciar la «vía vasca» hacia la soberanía
Considera que «es la hora» y apuesta por dar protagonismo a la ciudadanía y los agentes vascos para «la construcción compartida de nuestra casa». Prioriza un «estilo constructivo» de política
Agustín GOIKOETXEA-Ramón SOLA | BILBO
Tras una semana muy marcada por los avances en el proceso soberanista catalán, que se sigue con muchísimo interés en Euskal Herria, EH Bildu fija posición sobre esta cuestión. Ayer presentó en Bilbo un documento titulado ``Vía vasca para la construcción compartida de nuestra casa'' en el que sitúa cómo cree que debe abordarse un proceso soberanista vasco y detalla sus compromisos concretos al respecto. La iniciativa se presenta cuando se acaban de cumplir el jueves quince años de la firma del Acuerdo de Lizarra-Garazi, efeméride que no se olvidaron de recordar.
La comparecencia reunió a distintos representantes de EH Bildu, pero también a otras personas referenciales en diferentes ámbitos. Y es que una de las características de esa «vía vasca» es el protagonismo que se pretende dar y buscar de la ciudadanía. Rebeka Ubera y Pernando Barrena explicaron que EH Bildu se compromete a convertir a las personas en el «sujeto principal» de este proceso y a compartir todo el recorrido con los agentes vascos. Tiene claro que «la casa ha de ser construida entre todas y todos los vascos, o de lo contrario no será nuestra casa».
Esta euskal bidea incluye otros compromisos significativos por parte de EH Bildu, en la medida en que afectan a la forma de hacer política. Así, anuncia la decisión de «priorizar un estilo constructivo de hacer política», «contemplar la transversalidad en todas las actuaciones públicas», «desarrollar actitudes que canalicen y hagan efectiva la diversidad» y «priorizar la solidaridad y el respeto entre todos y todas las que compartimos y no compartimos el horizonte de nuestra casa».
Derechos sociales
Como queda dicho, EH Bildu apuesta por compartir la construcción de esa euskal etxea entre todos («decidir qué clase de casa queremos construir, cómo la haremos, su arquitectura, los planos, los materiales, los tiempos, la organización, la distribución de habitaciones...»). Pero adelanta que su compromiso al respecto será que se trate de un espacio que «garantice los derechos sociales de la ciudadanía vasca», asentado también en la «igualdad de oportunidades» sin excepciones.
El documento remarca mucho el criterio de la «autoorganización». EH Bildu insiste en que esta vía vasca hacia la casa vasca tiene que ser consensuada. En consecuencia, la posición fijada ayer es básicamente una «mano tendida» y una «oferta para debatir ideas. No seremos nosotros y nosotras quienes decidamos su desarrollo, sino la ciudadanía vasca y los agentes políticos y sociales».
Sí se hace hincapié en que el contexto es de gran oportunidad, y a la vez de urgencia. «Ahora sí, por fin, ha llegado la hora de Euskal Herria. Si la dejamos pasar, los estados español y francés no harán lo mismo. Y está claro cómo actuarán si les dejamos la iniciativa». «Para poder irnos -enfatizó Barrena-, Euskal Herria necesita su propia vía, y aquí estamos para proponer la vía vasca a la soberanía».
No obstante, se asume en paralelo que el proceso soberanista deberá ser «progresivo», por lo que se apuesta por ir labrando consensos en terrenos como el rechazo a las imposiciones estatales, lo que permitirá a su vez ir conformando una alternativa y ser «cada día más dueños de nuestro futuro». También se admiten las dificultades que plantea la compleja situación derivada de la pluralidad territorial, un nudo que EH Bildu entiende que debe deshacerse «entre todos y todas democráticamente, dejando de lado cualquier tipo de división o anexionismo», obviamente también sin imposiciones externas y «respetando y aglutinando todas las diferentes sensibilidades, tiempos y modelos de actuación».
Los soberanistas de izquierdas estiman que existe músculo y determinación en el país para afrontar el reto presente y futuro. «Disponemos de un gran patrimonio como punto de partida, un pueblo que desea vivir en paz y en libertad, un pueblo que se siente capaz de autoconstituirse, autoorganizarse y autogobernarse», subrayaron.
«Nuestra propuesta no es ningún órdago, ni tampoco una iniciativa cerrada ni limitada. Es una mano tendida, una oferta para debatir ideas. No seremos nosotros quienes decidamos su desarrollo, sino la ciudadanía vasca y sus agentes».
``Vía vasca para la construcción compartida de nuestra casa`' llega en un momento de sensaciones contradictorias en Euskal Herria. En el lado positivo de la moneda, ahí están las expectativas despertadas por los procesos catalán o escocés y por la aguda crisis estructural del Estado español. Sin embargo, en la otra cara aparecen realidades igualmente evidentes, como las dificultades para llevar a término el proceso de resolución del conflicto armado y la pervivencia de dificultades internas irresueltas (sobre todo las relativas a la territorialidad, a las que alude el documento), a las que se suma la reciente decantación del PNV por un pacto con el PSE sobre claves continuistas con el actual estatus político y socioeconómico.
Así las cosas, resulta claro que en Euskal Herria no existe una hoja de ruta más o menos definida para un proceso al estilo de lo que sí existe en Catalunya y Escocia, con procedimientos e incluso fechas ya tasados. Y tampoco se atisba por el momento un acuerdo político para lanzar algo similar (al estilo de lo que pudo ser en origen el Pacto de Lizarra-Garazi, del que esta semana se han cumplido quince años).
En consecuencia, el documento de EH Bildu se limita a marcar una dirección y un terreno sobre el que ir avanzando, con la advertencia de que «en una situación como esta, tanto el inmovilismo como la resignación serían suicidas para Euskal Herria».
El texto deja claro que no se trata -o no exclusivamente- de una propuesta, sino más bien de una exposición de voluntad y también de compromisos detallados. Con un espíritu de mano tendida para pactarlo todo, la coalición la trasladará ahora a los agentes vascos para debatirla y consensuarla. Pero aquí se introduce ya el apunte de que «sea cual sea la respuesta, EH Bildu mantendrá su palabra. Aunque haya quien prefiera otro tipo de sintonías, nuestra mano permanecerá tendida y proseguiremos con todas nuestras fuerzas en el empeño de la construcción de la casa de toda la ciudadanía vasca».
Dicho en pasivo, se concluye que la apuesta de EH Bildu no será vetada, condicionada ni diferida por ningún agente vasco que entienda que no cabe o que no es momento de iniciar un proceso soberanista vasco.
Con este planteamiento de base, la coalición soberanista y de izquierdas asume de modo expreso que «no pretendemos inventar nada nuevo. Más bien hemos querido dar una respuesta actual a una antigua reivindicación, intentando representar los deseos de la mayoría de la ciudadanía vasca». Ramón SOLA