Iñaki LEKUONA | Periodista
El borrón de Ares
No se puede hacer borrón y cuenta nueva, no estamos en una transición ni partimos de cero». La frase es de Rodolfo Ares a propósito de la Ponencia de Paz y Convivencia que él y su partido acaban de abandonar, según él, por encontrarse su contenido «empapado de asepsia, ambigüedad y equidistancia».
En efecto, tiene toda la razón el exconsejero de Interior: ni se puede hacer borrón y cuenta nueva, ni estamos en una transición ni partimos de cero, ni esta sociedad puede permitirse asepsias ni ambigüedades ni equidistancias. Por eso es imprescindible que los socialistas hagan por lo menos la misma autocrítica que tanto reclaman a la izquierda abertzale. Y también el Partido Popular. Y hasta el cristianísimo PNV.
Y como no puede hacerse borrón y cuenta nueva, es necesario que la sociedad vasca, que afortunadamente tiene masa crítica como para afrontar una mirada global a sus últimas décadas de historia, tenga la oportunidad de mirarse a los ojos, de escucharse y de reconocerse, como sucedió en febrero pasado en Errenteria.
La izquierda abertzale nada tiene que perder en ese camino de conocimiento y reconocimiento. Todo lo contrario. Pero se diría que ni el señor Ares ni las élites del PSE parecen desear que esto ocurra, y se aferran a una relectura pública y parcial del pasado. Es como si temieran que un proceso, no ya de reconciliación, sino de simple reconocimiento mutuo supusiera la pérdida de control sobre su porción de sociedad.
Y vista su postura frente a sus responsabilidades del pasado, no es la ética lo que ha impulsado al PSE a abandonar la ponencia, sino el miedo al futuro. O simplemente una ausencia de honestidad. O, claro, ambos.