La llegada de un nuevo representante del Estado francés al departamento de Pirineos Atlánticos es generalmente una fuente de interrogantes sobre las problemáticas del País Vasco. La entrevista de hoy con el nuevo prefecto, Pierre-André Durand, tiene la virtud de aportar numerosas respuestas en cuanto a las intenciones del Gobierno francés con respecto al País Vasco. Revela a un representante del Estado francés que «no quiere mirar por el retrovisor», pero que aborda la cuestión del proceso de paz como una «cuestión de la violencia, principalmente en el sur». Si esta excusa utilizada durante décadas por el Gobierno francés para no involucrarse en la resolución del conflicto formaba parte del pasado, el prefecto de Pau no duda en volver a ponerla sobre la mesa hoy para justificar una posición insostenible de París. El Estado francés, que tiene cerca de 160 presos vascos, uno de los cuales salió en un ataúd hace apenas seis meses, ¿va a participar en la resolución del conflicto? ¿Las de armas escondidas en el Hexágono no conciernen a las autoridades francesas? El enfoque con el que el prefecto se refiere a la cuestión vasca revela claramente una visión anticuada del tema. (...) Pierre-André Durand, quien ayudó a esquivar la ley durante los dos años que permaneció en Bayona permitiendo la financiación ikastola, dijo que las cosas han cambiado. Dada la situación del euskara en Ipar Euskal Herria, ¿es momento de vacilar sobre el papel esencial en la enseñanza en inmersión propuesta por la ikastola? El País Vasco se encuentra ahora agrupado en toda su diversidad para reclamar herramientas eficaces e indispensables para su desarrollo. Proponer contratos para evitar la puesta en marcha de esas herramientas no hace sino crear frustración. El País Vasco no tiene vocación de esperar a la buena voluntad de París. La construcción del país está en marcha, y se hará con o sin el aval de París.