La ofensiva española para hacer creer que Catalunya sería expulsada de la Unión Europea es propaganda política interesada. En el conflicto abierto entre España y Catalunya el Gobierno español cree que amenazar a los ciudadanos catalanes con dejarnos fuera de Europa hará cambiar el sentido del voto en el referéndum y será un factor instrumental para impedir la independencia de Cataluña.

Al respecto, es muy significativo hacer notar que la ofensiva la ejecutan de manera casi exclusiva dirigentes políticos españoles situados en la estructura europea. El último ejemplo -bien penoso-, ayer: unas declaraciones insensatas y llenas de falsedades del portavoz del Parlamento europeo, Jaume Duch. Portavoz, digámoslo todo, con un pasado político que explica de sobra su posición actual.

Los dirigentes europeos que no son españoles ahora mismo callan. O emiten mensajes bastante matizados y discretos para que se pueda interpretar que el apocalipsis verbal desatado por los españoles tiene poca credibilidad. (...)

Lo malo de este silencio y de esta discreción es que pueden perjudicar mucho Europa. No creo que la Unión sea consciente de que su silencio respalda el crecimiento de una posición de los catalanes favorable a no formar parte de la Unión Europea. Las últimas encuestas publicadas indican por primera vez que en una mayoría de catalanes no le importaría quedar fuera de la Unión. Y la pregunta a los otros europeos es si Europa es consciente de dónde se mete al dejar que los españoles secuestren y manipulen descaradamente su posición.