La dirección de Faurecia -empresa fabricante de sistemas de escape y cuyo pricipal cliente es el grupo Volkswagen-, en la que se mantiene una huelga indefinida desde el pasado jueves en protesta por los despidos, llegó este pasado jueves a acuerdo con UGT y CC que prevé una rebaja salarial del 6,5% y un aumento de jornada de 57 horas aplicable en dos jornadas completas y reducción de los descansos en 5 minutos diarios.

También prevé un aumento directo de producciones del 3%, recorte del 30% del plus nocturnidad, recortes en el complemento a la baja por enfermedad común y flexibilidad del convenio del metal o ERE complementados al 85%. Además, este pacto supondría que los once trabajadores despedidos en los últimos días se quedarán en la calle.

Asimismo, el acuerdo no obliga a la dirección a no aplicar la reforma laboral, a pesar de que en marzo de 2012 se comprometió a ello con la plantilla. Desde el comité de empresa consideran que la aplicación de estas medidas supone un exceso de personal que se traducirá en nuevos despidos en un espacio breve de tiempo.

Menores costes para tres años

Frente a ese acuerdo, los sindicatos LAB y ELA, que son mayoría en el comité y que calculan un seguimiento de la huelga indefinida del 75% en producción y logística en sus dos primeras jornadas, han planteado un recorte de costes salariales del 13% para los próximos tres años años, a razón de un 3% en 2013, de un 5% en 2014 y de otro 5% en 2015. Asimismo, han previsto otras medidas complementarias que calculan que supondrían para la empresa un ahorro de hasta el 20%.

Estas centrales también exigen la readmisión de los once despedidos y la retirada de los planteamientos de deslocalización, así como de la «amenaza de otras diez rescisiones de contratos que han sido filtradas por la empresa», propuestas a las hasta ahora se ha opuesto la dirección, por lo que han mantenido la huelga indefinida.

Por otra parte, el delegado de LAB Dani Mendoza denunció que, desde el inicio de la huelga el pasado jueves, agentes la Guardia Civil controlan el acceso a la fábrica de los integrantes de las secciones sindicales de LAB y ELA en un «intento de coaccionarles», afirmó, tanto a ellos como a los trabajadores que secundan el paro.