Lesión de Goikoetxea a Maradona en el Camp Nou
Una entrada que 30 años dure
Este martes se cumplen tres décadas de aquella jugada que marcó para lo bueno y lo malo la trayectoria posterior del león rojiblanco.
Joseba VIVANCO
«Estas botas simbolizan para mí la cruz y la cara del fútbol, su dualidad: por un lado, el acoso que sufrí tras la lesión de Diego; por el otro, lo emotivo que resultó el homenaje de San Mamés», confesaba Andoni Goikoetxea al periodista Unai Larrea hace unos años, mientras le mostraba los botines con los que lesionó al astro argentino Diego Armando Maradona un infausto 24 de setiembre de 1983. El ``Mundo Deportivo'' del día siguiente rotuló con brocha gorda a toda portada ``El crimen''; no menos inmisericordes fueron los rotativos madrileños: ``Prohibido ser artista'', tituló ``Marca'', el diario ``As'' fue más lejos: ``Goicos no''. Este martes se cumplen 30 años de aquella dura entrada del bravo central rojiblanco al Pelusa.
Eran otros tiempos. Días de fútbol duro, donde cada cual, sobre todo los defensas, marcaban pronto su territorio. Goiko era uno de esos jugadores bravos, contundentes, fieros, pero sin maldad. Hoy, aquella acción por detrás hubiera significado la cartulina roja; aquel día solo vio la amarilla. Pero luego le cayeron 10 partidos de sanción, previa rebaja inicial de una `condena' que se iba hasta los 25.
Miles de gargantas clamaban aquel día -fiesta de la Mercé en Barcelona- el nombre de Bernd Schuster, el alemán al que Goikoetxea ya había rejoneado en un choque en San Mamés hacía ya dos años: nueve meses parado estuvo el germano. El Camp Nou se la esperaba al central de Alonsotegi, pero también el rubio teutón, que se cebó a la primera de cambio con el defensa sin recibir amonestación alguna. Goiko estaba ya caliente, mucha presión sobre sus hombros, el `recado' del centrocampista azulgrana... y en una entrada a destiempo se llevó por delante el maléolo perineal y desgarro de los ligamentos lateral interno y sindesmosis del tobillo izquierdo de la estrella culé, el Pibe Maradona. Triple fractura de tobillo. Diagnóstico: Cuatro meses de baja. «¡Me rompió, me rompió!», chillaba `Dieguito' momentos antes de salir del campo en camilla con las manos en la cara.
«Pude ver la jugada dos días después, por televisión -cuenta en sus memorías el `10'-. Estaba tirado en la cama del hospital y atiné a decir: ``Goikoetxea sabe lo que hizo''. Yo no lo había visto venir. Sentí el golpe, oí el ruido, como de una madera que se rompía, y enseguida me di cuenta. Cuando se acercó Migueli y me preguntó, le dije, llorando: ``Me rompió todo, me rompió todo!''». Una nube de fotógrafos escoltaba al ídolo caído. Para rematar el escándalo que se montó en el estadio, Liceranzu le tiró otra tarascada al vengativo Schuster. Amarilla.
Los leones se fueron del Camp Nou con un contundente 4-0 y los cristales de su autobús apedreados. Incluso Dani, lesionado en silla de ruedas en el palco, hubo de ser escoltado por su amigo Quini para abandonar el campo, como relata Juan Carlos Latxaga en ``Días de gabarra y gloria''. Hasta en el aeropuerto al día siguiente les aguardaban algunos exaltados. La guerra entre Athletic y Barcelona, latente desde hacía tiempo, estalló de lleno. «Estoy orgulloso de mis jugadores», dijo el técnico rojiblanco Javier Clemente desafiante. «Parece que aquí deberá morirse alguien para que esto cambie», denunció el azulgrana César Luis Menotti. «Este jugador primero mandó al quirófano a Schuster y ahora a Diego», clamó el vicepresidente culé Nicolau Casaus.
La caza de brujas contra Goikoetxea se saldó incluso con un extenso comunicado de la plantilla rojiblanca arremetiendo contra «ciertos directivos» del Barcelona e incluso la manipulación de imágenes que hizo el programa `'Estudio Estadio'' de Televisión Española. Un inicio de hostilidades que derivó en la batalla del Bernabéu, en la final copera del año siguiente. «Con el tiempo lo perdoné a Goikoetxea. En aquella época mis hermanos y los hinchas del Barcelona decían que era un asesino y yo no los contradecía. Al que no perdono es a Clemente. Él declaró, apenas terminado el partido, que estaba muy orgulloso de sus jugadores, y después, que esperaría una semana para saber si era realmente tan grave lo que yo tenía», prosigue Maradona en ``Yo soy el Diego''.
El propio Andoni Goikoetxea arregló años después sus desaveniencias sobre el césped con Schuster y otro tanto con Maradona, al que visitó en el hotel cuando viajó a Bilbo en las filas del Sevilla. Treinta años después, las rencillas están olvidados, no así aquella entrada.
Hoy y mañana durante todo el día los socios rojiblancos podrán ceder su localidad para el partido ante el Betis a través de la página web del club y se les abonará el cincuenta por ciento del precio neto de la misma.
El joven león Erik Morán asumiría «con normalidad» un posible regreso al banquillo este lunes ante el Espanyol, pero irá «a tope» si Ernesto Valverde vuelve a ponerle de titular. Le tocó ayer al portugalujo estrenarse en sala de prensa en Lezama. «En el momento en el que cometí el error sabía lo que había hecho y que nos había costado un gol cuando el equipo estaba bien. Pero el apoyo de los compañeros fue muy bueno y en cuanto sacamos de centro fuimos a darle la vuelta al partido y entre todos pudimos conseguirlo», se refirió a la desgraciada jugada ante el Celta. Cuatro partidos ligueros y en los cuatro ha tenido minutos, 90 nada menos en el último. Cuenta con la confianza de Txingurri, que le ve como una de las alternativas que busca para ese trivote de la medular. «Hay gente en el equipo capacitada y cualquiera puede jugar. Yo trabajo para seguir teniendo minutos y ganarme la confianza del entrenador», señaló el jugador de 22 años. Morán considera que la competencia que existe para conseguir un puesto en el centro del campo con compañeros como Iturraspe, Beñat, Herrera o Mikel Rico «es buena para todos» y, al menos en su caso, le hará «mejorar».
De momento habrá que esperar a la convocatoria que Ernesto Valverde ofrezca esta tarde, tras el entrenamiento a partir de las 18.00 a puerta cerrada, como sucederá ya siempre la previa a los partidos. No habrá por tanto pistas, a no ser que el técnico quiere adelantar alguna en su comparecencia. J.V.