El SPD y los Verdes temen que el bipartito con Merkel les pueda aplastar
La canciller alemana, Angela Merkel, quiere un ejecutivo estable y por eso prefiere a los socialdemócratas como socios de su CDU. Pero el SPD teme esa opción porque ya los diezmó en 2009. Arriesgarse con los Verdes no le gusta ni a Merkel ni a su aliada, la CSU bávara. La jefa de Gobierno no tiene por qué darse prisa porque el tiempo y las circunstancias corren a su favor. En cambio, es el SPD el que tiene que decidir su posición.
Ingo NIEBEL | COLONIA
Alemania ya contaría con un nuevo Gobierno si los socialdemócratas hiciesen caso a la portada del diario conservador Die Welt: «La Economía exige la Gran Coalición».
Sin embargo, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) tiene miedo a otro bipartito con la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de la canciller, Angela Merkel, porque el primero (2005-2009) culminó en un desastre electoral histórico que le dejó en un 23 % de los votos. La herida sigue supurando porque el domingo logró solo el 25 %.
Ya el lunes Merkel llamó dos veces al presidente del SPD, Sigmar Gabriel, para hablar sobre el futuro político. El líder socialdemócrata confirmó el interés de la jefa de Gobierno en funciones en conversar con él pero se excusó con que primero tendría que celebrarse la convención (una especie de minicongreso) de su partido el viernes.
Oposición interna en el SPD
Es notorio que Gabriel y Merkel se entienden bien y que ambos se respetan. El problema del socialdemócrata es que no ha podido poner a raya a su partido, tal y como sí ha hecho la democristiana con el suyo.
Mientras la posición de Merkel es indiscutible, la de Gabriel no lo es. El jefe del SPD no puede ignorar que el comité regional más poderoso, el de Renania del Norte-Westafalia, se opone abiertamente a un bipartito.
«El 90% de mi comité regional está en contra de la Gran Coalición», declaró la ministro-presidente Hannelore Kraft, muy popular en su land, el pasado martes.
Está por ver si los demás comités del SPD comparten esta opinión o no y cómo va a reaccionar Gabriel.
La canciller puede intervenir en la toma de decisiones del SPD con movimientos tácticos. Además no tiene por qué darse prisa porque la Ley Fundamental no establece ninguna fecha en la que el Parlamento tenga que votar al jefe de Gobierno.
Tras previas consultas con los partidos políticos corresponde al presidente federal, Joachim Gauck, presentar un candidato a canciller a los parlamentarios «en un tiempo razonable».
Otra opción para Merkel sería la coalición con los Verdes pero el partido ecologista está tan condicionado por si propio procesode reorganización que tal vez nadie tiene todavía la autorización para debatir sobre la posibilidad de un bipartito.
Rechazo de la CSU
Además, la hermana bávara de la CDU, la Unión Social Cristiana (CSU), ha hecho gala de su label conservador negando rotundamente cualquier colaboración con los Verdes. «Yo por lo menos no voy a llevar estas conversaciones. Y basta», dijo el ministro-presidente bávaro Horst Seehofer, que se ve arropado por los excelentes resultados electorales que la CSU ha obtenido en el antiguo reino.
En estos momentos la canciller alemana es reacia a la posibilidad de gobernar en minoría, lo cual sería algo nuevo para los alemanes.
Pero hay un escenario que el SPD teme aún más que el bipartito con Merkel, las elecciones anticipadas. Estas se darían si el presidente federal la presentase como candidata pero Merkel no llegara a obtener ni la mayoría absoluta de los votos en las dos primeras votaciones ni la simple en todas las siguientes que habrían de celebrarse a lo largo de dos semanas.
En este contexto, Merkel puede esperar porque el hipotético tercer rescate a Grecia y el hecho de que la Gran Coalición sea respaldada también por la mayoría social, aumentan la presión sobre el SPD.
El jefe del grupo parlamentario de la CDU, Volker Kauder, ha enviado un mensaje al SPD a través de unas declaraciones a la revista «Der Spiegel». «Está claro que las negociaciones necesitan tiempo pero los problemas de Europa no van a esperar a que se forme gobierno en Alemania», afirmó.
En caso de que se forme una gran coalición entre democristianos y socialdemócratas, el líder del partido La Izquierda, Gregor Gysi, se convertiría en jefe de la oposición en el Parlamento, lo que le daría mayor presencia mediática.
El mal resultado electoral (8,4% de los votos, dos puntos menos que en los anteriores comicios) ha desembocado en una fase de reorganización y reorientación política del partido ecologista Los Verdes. La crisis es tan profunda que incluso reabre la discusión entre pragmáticos y programáticos.
Los primeros echan en cara al cocandidato principal y jefe del grupo parlamentario Jürgen Trittin haber alejado al partido del «centro político», llevándolo hacia posiciones de izquierda, lo cual dificulta ahora encontrar el camino hacia una coalición con Merkel. Todos los dirigentes, también Trittin, han puesto a disposición sus cargos aunque el copresidente Cem Özdemir ha anunciado que volverá a presentarse para su cargo.
Los Verdes no tienen pensado celebrar el correspondiente congreso hasta finales de octubre. Eso y la falta de una decisión entre mantener abiertas todas las opciones de gobernar -tanto con la CDU como también con el SPD y el Linke o únicamente con estos últimos- paralizan al partido. En el debate ha intervenido ahora el expeso pesado, Joseph «Joschka» Fischer, quien criticó fuertemente a la directiva en funciones «por seguir con una estrategia con la que no ganaron ni un solo votante nuevo sino que incluso han espantado a muchos votantes de siempre».
El exministro de Exteriores mantiene una relación tensa con la actual cúpula mientras se dedica a asesorar a empresas junto con la que fue su homóloga estadounidense Madeleine Albright. I.N.