El consejero de Fomento, Luis Zarraluqui, acudió ayer al Parlamento para explicar la situación en la que se encuentran las obras del TAV en Nafarroa después de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid declarara ilegal la construcción. Zarraluqui negó la mayor y se agarró al recurso presentado para seguir adelante con la construcción de las vías.

Para el consejero, la sentencia del TSJM no significa nada, porque el recurso interpuesto ha impedido que devenga en firme. Zarraluqui sigue sosteniendo que todo está «en regla» y que las declaraciones de impacto ambiental (DIA) fueron «validadas a tiempo».

Los partidos de la oposición, salvo PP y PSN, le alertaron del enorme perjuicio que sufrirán las arcas navarras si el Supremo no falla como el Gobierno navarro desea. Además, le culparon de seguir adelante con una construcción a sabiendas de que tenía un sustento jurídico endeble. Por ello, reclamaron que se paralicen las obras de forma inmediata. El PSN defendió el proyecto porque fue uno de los suyos, el exconsejero Anai Astiz, quien dio el pistoletazo de salida a la construcción del TAV en Erribera.

La Fundación Sustrai -que es quien llevó a pleito al Estado por la caducidad de las DIA- ha reclamado la dimisión de Zarraluqui por mantener las obras sin tener los permisos en regla. Sustrai no entiende que UPN siga con el mismo discurso, cuando ya ha sido echado por tierra por un tribunal.