61 DONOSTIA ZINEMALDIA
«Gravity» y el clan Cuarón
Iratxe Fresneda Periodista y profesora de Comunicación Audiovisual
De tal palo, tal astilla, suelen decir. Tal y como escribió Koldo Almandoz en su columna de «Gaur 8», cada vez más y sin remedio, nos acabamos pareciendo a nuestros progenitores. Este parece ser también el caso de Alfonso Cuarón y su hijo Jonás. El hijo dice que le ha sido imposible no convertirse en cineasta teniendo un padre que, en lugar de contarle cuentos, le hablaba de los guiones de sus películas. Ambos han formado, a todas luces, un equilibrado tándem de guionistas a la hora de labrar los esquemas en papel de «Gravity», la última película del realizador mexicano y que dejaba sin aliento a la mayoría de la prensa en el Victoria Eugenia. El autor de «Princesita» y la maravillosa «Hijos de los hombres», elabora una preciosa oda espacial partiendo de ideas como el Renacimiento o el instinto de supervivencia y traza una historia que arranca del clásico viaje del héroe, en este caso, una heroína, interpretada por Sandra Bullock y un «desaprovechado», se me entiende, George Clooney. Impactante y acelerada vivencia la del visionado, Cuarón defiende la idea de la experiencia cinematográfica en el modo que la definía Hitchcock, cree como él en el cine puro. Creo que la película necesita tiempo y reposo para ser considerada como un filme que marcará la historia del cine, pero lo que sí me parece evidente es que, a pesar de las pretensiones existencialistas de la trama, o de lo excesivo de la banda sonora y de un par de detalles más «sin importancia», este experimento visual, desarrollado durante cinco años y que ha contado con la colaboración de gentes como David Fincher o James Cameron, le da sentido al uso del 3D.