Koldo CAMPOS Escritor
A propósito de la independencia
Inolvidable aquella tarde en la que, de las manos de su madre, Itxaso dio sus primeros pasos. Y Haizea ya no demanda la ayuda de su padre para cruzar la calle, que ya camina sola y va a la panadería, al parque, a la ikastola...
Enara lee sus propios cuentos, los cuentos que ella escribe, Intza los dibuja y colorea, y Beñat los interpreta. Naroa no precisa que le laven los dientes ni la cara. Oier tampoco necesita que le hagan la cama y Malen ya controla el teléfono y el televisor. Urko dispone de su propia agenda que, en ocasiones, hasta coincide con la de sus padres, y Amat conduce su bicicleta con los ojos cerrados.
Adur ha empezado a hablar como Arkaitz a correr. Unai ha aprendido las virtudes del ahorro y Yosu ya es un experto en los beneficios de una dulce inversión. Irati ha abandonado el biberón y, en cualquier momento, Jon deja el chupete y renuncian al dedo Noa e Imanol.
Aritz y Asier friegan los platos, Aiur ordena su cuarto y Unax organiza la ropa de su armario. Kalare domina los patines como si llevara toda su infancia sobre ellos, y ya Izaro ha empezado a sospechar que Olentzero vive muy cerca de su casa.
Aitor no se conforma con cualquier respuesta y Aihora inquiere los porqués. Ane exige que las respuestas vengan acompañadas de razones. Eñaut y Laila, por su parte, demuestran su memoria centímetro a centímetro, mientras Igor aprende a soltar amarras y Nerea se sacude inhibiciones y miedos.
Y por cierto, y a propósito de la independencia, el vasco es uno de los pueblos más viejos de Europa y solo aspira a poder nacer.