Obama apela a la diplomacia en plena distensión entre EEUU e Irán
El presidente de EEUU, Barack Obama, se mostró dispuesto ante la Asamblea de la ONU a intentar resolver su conflicto con Irán por la vía diplomática, siguiendo el tono conciliador que su homólogo iraní, Hassan Rohani, ha empleado durante las últimas semanas, aunque exigiendo «actos transparentes y verificables», sobre el programa nuclear de Teherán. Y aunque finalmente no hubo foto conjunta, aseguró que puede llegarse a «una relación diferente».
GARA | NUEVA YORK
Desde la tribuna de la 68 Asamblea General de la ONU, que comenzó ayer, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, apostó por la vía diplomática para resolver el contencioso con Irán y opinó que Rohani «ha recibido un mandato para seguir un camino más moderado» que su predecesor, Mahmud Ahmadineyad.
Obama advirtió una vez más que está decidido a impedir que Teherán disponga de un arma nuclear, como sostiene que busca con su programa atómico, pese a que Irán reitera que solo busca usos civiles. El presidente de EEUU indicó que «esta historia difícil no puede superarse de un día para otro» y reconoció que «los bloqueos pueden resultar muy difíciles de superar. Pero estoy convencido de que hay que intentar la vía diplomática»
En caso de éxito, dejó entrever «una relación diferente, fundada sobre los intereses y el respeto mutuos» entre Estados Unidos e Irán. Aseguró que «no buscamos un cambio de régimen y respetamos el derecho de los iraníes a acceder a una energía nuclear pacífica». Pero «las palabras conciliantes deberán estar acompañadas de actos transparentes y verificables», advirtió.
Mañana está prevista una reunión entre el nuevo ministro de Exteriores iraní y sus homólogos de las potencias occidentales. Teherán aseguró que se trata de una «ocasión histórica» pero pidió a sus interlocutores que «ajusten su actitud para corresponder al nuevo enfoque iraní». Un portavoz del Gobierno de EEUU descartó que Obama, y Rohani fueran a reunirse. Según explicó, fue la parte iraní la que descartó finalmente la reunión, aparentemente porque la consideraban prematura. Unas horas después, Rohani respondió a Obama pidiéndole que no escuche a los grupos de presión favorables a la guerra e insistió en que Irán no es una amenaza para el mundo y no busca armamento nuclear.
Antes que Obama intervino la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que denunció duramente los programas de espionaje de EEUU con términos como «afrenta», «injerencia», «violación de derechos humanos» y libertades». «Brasil sabe defenderse», se dirigió a Obama, y pidió a EEUU explicaciones y excusas, así como garantías de que estas prácticas no se repetirán.
En su discurso inaugural, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, reiteró su llamamiento a la comunidad internacional para lograr una solución política a la guerra en Siria.
«Una victoria militar en Siria es una ilusión, la única respuesta es un acuerdo político», señalo Ban, quien incidió en que el mundo no puede estar satisfecho con el acuerdo sobre arsenales químicos mientras la guerra sigue destrozando Siria.
Ban recordó que la mayoría de las atrocidades desde que estalló el conflicto en Siria hace más de dos años y medio han sido cometidas con armas convencionales, por lo que llamó a todos los países a dejar de «alimentar» el derramamiento de sangre.
Ayer mismo, la explosión de un coche bomba causó un número indeterminado de víctimas en Damasco, informaron medios oficiales sirios. El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con base en Londres y que cuenta con una red de activistas sobre el terreno, cifró en al menos siete los muertos y quince los heridos en el atentado, que tuvo lugar en el sur de la capital siria.
La televisión pública informó de una ofensiva gubernamental contra el Estado Islámico de Irak y del Levante, sección de Al Qaeda, en la provincia oriental de Deir al Zor.
Las milicias de autoprotección kurdas expulsaron a esta sección de al Qaeda y al también yihadista Frente al-Nosra de la localidad de Yafa, en la frontera sirio-turca.
Finalmente 40 monjas y huérfanos se encuentran atrapados en un convento en la ciudad siria de Malula, de mayoría cristiana, víctima de una ofensiva del Frente al-Nosra.