De entre las intenciones tecnológicas de la compañía Samsung Electronics destaca su apuesta por revolucionar por completo el mercado de las tabletas y los smartphones desarrollando pantallas más grandes que la media actual y que, además, incluirían la característica de la flexibilidad.

Las tabletas, un híbrido entre un móvil y un ordenador, salieron a finales de 2011 cuando los desarrolladores confirmaron que los consumidores más tecnológicos, sobre todo en Asia, invertían más tiempo navegando por páginas web y descargando mucho contenido relacionado con lo mediático. Fruto de esta apuesta fue el emblemático smartphone de Samsung Galaxy S4, lanzado en abril de este año.

Ahora el fabricante surcoreano dio la bienvenida en Seúl a su último invento, el smartphone Galaxy Note 3. La tableta, que tiene una pantalla de 5,7 pulgadas y cuesta 990 dólares (unos 730 euros) en Corea del Sur y que estará disponible en 140 estados a partir del próximo mes de octubre.

Los analistas dicen que la perspectiva a medio plazo para estos productos es buena, pero su precio y el atractivo de sus primos más pequeños y fáciles de llevar contendrán el entusiasmo de los consumidores.

Como consecuencia por esta fiebre tecnológica, las empresas occidentales no han querido bajarse de este tren y emporios como la unidad Motorola de Google ha lanzado recientemente el Droid Ultra de 5 pulgadas. Incluso la todopoderosa Apple no ha sido ajena a este fenómeno y está barajando la posibilidad de ofrecer el iPhone con una pantalla mayor. LG Electronics lanzará mañana mismo el Vu 3, con una pantalla de 5,2 pulgadas y el Ascend Mate de la empresa Huawei cuenta con una pantalla aún más grande de 6,1 pulgadas. En este apartado, destaca la pantalla de la tableta Xperia Z Ultra de Sony la cual llega a las 6,4 pulgadas, solo una menos que la Kindle Fire de Amazon.