La sucesión de noticias sobre el pacto entre PNV y PSE y sus diversas ramificaciones en distintos acuerdos y debates en diferentes ámbitos institucionales obligan a un ejercicio de delimitación.

Pacto PNV-PSE: Es un acuerdo político de fondo, que en términos generales supone la vuelta a la complicidad de los años Ochenta y Noventa, y que ahora se concreta en cuatro apartados: impulso de la economía, revisión de la arquitectura institucional, sostenimiento del modelo de bienestar y fiscalidad.

Acuerdo fiscal: Es una de las partes del pacto. Por ser la que tendrá una plasmación práctica más inmediata es la que en estos momentos recibe mayor atención mediática, hasta el punto de que llega a confundirse con el pacto en general. El acuerdo fiscal contempla disposiciones sobre la lucha contra el fraude y la elusión y concreta tipos y deducciones en diversos impuestos. Para su entrada en vigor precisa de la complicidad de otro partido.

Deciden las Juntas Generales: El acuerdo fiscal entre PNV y PSE, para que sea efectivo, debe concretarse en normas forales que se aprueben en las respectivas Juntas Generales de cada territorio. Hasta entonces, todo es teoría y literatura. PNV y PSE solo tienen mayoría suficiente en Bizkaia. En Araba y Gipuzkoa precisan del apoyo o abstención de otras formaciones. Tampoco es obligado que todo el acuerdo se lleve en bloque a cada JJGG, puesto que hay territorios, como Gipuzkoa, donde algunas de las medidas que se plantean ya están en vigor. Por todo ello, no hay que confundir apoyar algunas medidas con apoyar el acuerdo fiscal y tampoco con apoyar el pacto total. Con esto se está alimentado la confusión de forma interesada.

Otros debates: Debates como el que se celebra hoy en el Parlamento de Gasteiz o las derivadas sobre fiscalidad que han salpicado los plenos de política general de Bizkaia y Araba tienen un valor político y mediático, pero no práctico.

Resumen: En el ámbito político lo trascendental en estos momentos es que el pacto entre PNV y PSE supone un intento de volver a gobernar de mutuo acuerdo en todas las instituciones posibles, como en los tiempos de José Antonio Ardanza. En el ámbito fiscal, hay que esperar a que las propuestas se concreten en normas fiscales en cada una de las JJGG.