Ni legislativo, ni ejecutivo, ni judicial. El verdadero poder en el Estado español -y me temo que en el resto del globo, aunque luego depende de la vergüenza torera de cada cual- es ese poderoso caballero llamado Don Dinero. Personificado en este caso en la figura de Sheldon Adelson, el magnate estadounidense que ha decretado que la ley anti-tabaco se moldee a su antojo. Y si no se acepta pulpo como animal de compañía me llevo Eurovegas a otro lado.

Lo que no consiguieron los pelotazales fumadores, que tuvieron que apagar sus puros dentro de los frontones -afortunadamente, añado, como buen exfumador converso-, lo va a lograr este hombre con su ultimátum a las autoridades, que van a tragar el humo sin siquiera pestañear.

Hecha la ley hecha la trampa, así que, según ha trascendido -huele a globo sonda-, el Ministerio de Sanidad estudia permitir fumar en las salas de los casinos con tragaperras u otros juegos que no precisen de personal in situ. Y ahora vas y se lo cuentas a todos esos establecimientos hosteleros que primero hicieron obras para acondicionar salas para fumadores y luego vieron cómo su inversión se iba directamente por el desagüe, cuando se prohibió el tabaco sin excepciones.

Repuesta al parecer de su fracasada intentona olímpica, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha zanjado la cuestión con un lapidario «todos somos libres de fumar o no fumar, de ir o no ir», frase que ejemplifica a quienes se definen como liberales cuando pretenden amoldar la legislación a su antojo. Porque por esa regla de tres, podríamos beber o no beber antes de conducir, pagar o no pagar impuestos... Si hay barra libre de demagogia, que sea para todos. Es común sacrificar los principios en el altar de la pasta, pero que no lo vistan como búsqueda del bien común, que dan ganas de vomitar.

P.D: Y con este Txokotik me tomo un respiro, que ya son varios años y, como en el fútbol, a veces conviene hacer rotaciones. Amenazo con volver en el futuro, si es que me dejan un huequito. Eskerrik asko.