Mientras son muchas las vascas y vascos que miran hacia Catalunya con cierta envidia por el camino que ha emprendido hacia la independencia, hay quien mira a ese país para buscar referencias que impidan que el nuestro siga el mismo camino. Referencias como Josep Antoni Duran i Lleida, que al parecer tiene obnubilado al columnista de «El Correo» Pedro José Chacón Delgado. Explica este profesor de la UPV que la propuesta del líder de Unió «es contraria al independentismo», por tanto pasa el filtro, pero también «defiende con uñas y dientes la singularidad de Cataluña en España», algo que, por supuesto, es aceptable por los demócratas de toda la vida. Añade que «una postura tan sofisticada, que huye de extremismos, que apela al diálogo y que ofrece una `tercera vía' para conseguir el encaje definitivo de Cataluña en España, le resulta muy difícil de entender a una ciudadanía embotada por mensajes radicalmente contrapuestos». O sea, que la ciudadanía es boba y no entiende lo que plantea Duran y por eso no le apoya, porque si lo entendiera fijo que le apoyaría. Como no todo el mundo puede ser profesor de la UPV....

Después de esta falta de respeto a la sociedad catalana, Chacón mira hacia casa y afirma que «los Duran i Lleida vascos deberían salir del armario para cuando llegue aquí el tsunami catalán, que llegará, nadie lo dude. Se les necesita de manera imperiosa, en un escenario sin violencia, para contener la que se está preparando con motivo del referéndum escocés de 2014». Vaya, servidora no sabe lo que se está preparando para el año que viene, pero después de leer esto empieza a estar impaciente.

Pero el profe, tan acongojado él, no solo apela a los sosias del político catalán, sino también al PP, «que dirige el gobierno y muchas autonomías» y al que «le cabe la responsabilidad de tejer complicidades con los Duran i Lleida vascos y catalanes». Y advierte: «es su única garantía para salir airoso de este duro trance». No pensaba que fuera tan tremendo. ¡Cómo se lo están tomando los intelectuales carpetovetónicos! Tan mal, que acaba diciendo que «falta también que la Monarquía, imprescindible para darle soldadura a las singularidades en España, se recupere por fin de su particular y profunda crisis». Va a ser eso lo que falta, un poco de soldadura... vaya tropa la que tenemos que aguantar.