Mas rechaza las terceras vías que han acumulado «cien años de decepciones»
En el segundo día del debate de política general el president, Artur Mas, se refirió por fin a la tercera vía propuesta el lunes por Duran i Lleida. Aunque no se dirigió directamente a su socio de federación, Mas recordó, en una respuesta al primer secretario del PSC, Pere Navarro, que «si estamos donde estamos es porque las terceras vías han fracasado», en referencia al Estatut tumbado por el Constitucional.
Beñat ZALDUA | BARCELONA
Tuvo que ser ayer, en el turno de las réplicas a los grupos parlamentarios, cuando el president, Artur Mas, se refiriese por fin a la tercera vía propuesta por Duran i Lleida, basada en una opción intermedia que no contempla ni la independencia ni el mantenimiento del statu quo actual. Una propuesta sobre la que el martes Mas no dijo nada en el discurso con el que inauguró el debate de política general del Parlament, pero sobre la que ayer señaló que «si estamos donde estamos es porque las terceras vías han fracasado», en referencia sobre todo al Estatut de 2006.
De esta manera respondió Mas al primer secretario del PSC, Pere Navarro, que en su discurso señaló que ellos hace tiempo que abogan por una vía intermedia «que no rompa con España, pero mejore el encaje». «España será federal o no será», añadió Navarro, quien dejó muy claro que el entendimiento con el resto de partidos favorables al derecho a decidir será muy complicado.
Así cabe entenderlo atendiendo a su anuncio de que el PSC no tiene ninguna intención de salirse de «una negociación que respete estrictamente la legalidad vigente». «No hay más salida que la legal y acordada», añadió Navarro, evidenciando que si Rajoy se niega a aceptar la consulta, para el PSC no habrá más camino a recorrer.
Por lo demás, la segunda sesión del debate de política general del Parlament -hoy se votarán las resoluciones- no aportó grandes novedades. Comenzó a primera hora de la mañana con el turno del presidente de ERC, Oriol Junqueras, que lejos de ejercer la función de jefe de oposición que le tocaría, ofreció un discurso benevolente con el Govern, al cual da apoyo desde el Parlament.
La única crítica a la acción del Govern, muy suave, fue en referencia a los recortes en los medios de comunicación públicos. Más allá de eso, Junqueras se limitó a recordar que «el total del presupuesto de la Generalitat no lo decide ni el Govern ni el Parlament, sino el Gobierno español», pese a lo cual, dijo esperar que en 2014 «no haya nuevos recortes». El líder republicano apenas se refirió al proceso soberanista, limitándose a señalar que «somos independentistas porque tenemos todo el derecho y porque tenemos una necesidad urgente».
En la bancada favorable al derecho a decidir se situó también ICV-EUiA, cuyo coordinador general, Joan Herrera, abogó por situar los acuerdos sobre la vía para convocar la consulta en el marco del Pacto Nacional por el Derecho a Decidir y en la comisión parlamentaria de estudio de la materia. En este sentido, recordó que en las últimas elecciones los votantes escogieron un proceso amplio, denegando a CiU la mayoría excepcional que pedía.
Herrera también rechazó, veladamente, las vías unilaterales, insistiendo en la necesidad de conseguir un acuerdo «con las mayorías más amplias posibles». El discurso del líder ecosocialista, sin embargo, se centró en los aspectos económicos y sociales, sobre los cuáles criticó duramente la acción del Govern. «Para ganar la libertad también hay que combatir la desigualdad», concluyó. En el otro extremo se situaron, como cabía esperar, PP y Ciutadans. La líder de los populares catalanes, Alicia Sánchez-Camacho, protagonizó el cara a cara más crudo con Mas, a quien acusó de ser «débil, inestable e irresponsable». Sánchez-Camacho sacó a relucir también el manido argumento de las «mayorías silenciosas» y el discurso del miedo sobre la supuesta expulsión de la Unión Europea.
El debate de política general del Parlament puso en evidencia que será muy complicado sumar al PSC al consenso sobre el derecho a decidir una vez que el Estado rechace la opción de una consulta acordada.
Con diversos matices pero sin fisuras, CiU, ERC, ICV-EUiA y CUP mostraron su compromiso con el derecho a decidir; una sintonía que hoy se traducirá en una resolución conjunta que aboga por un diálogo urgente con el Estado para lograr que los catalanes decidan sobre la «institucionalización política» de Catalunya y vincula el ejercicio del derecho a decidir a la «mejora de la condición de vida individual y colectiva» de los catalanes.
Vestido con una camiseta de apoyo a la huelga indefinida del profesorado balear, el diputado de la CUP David Fernández alertó contra los «cantos de sirena» que llegan desde las élites tanto españolas como catalanas, en clara referencia a la tercera vía propuesta por Duran i Lleida. Según Fernández, estas élites buscarían un nuevo pacto a espaldas de la población, como el de la transición, que «frustró la voluntad de libertad y justicia social de este pueblo». En este sentido, el diputado independentista reclamó buscar grandes mayorías, ya que «es la fuerza colectiva la que hará posible avanzar». «Lo que más ha unido a este país a lo largo de la historia es el deseo de libertad», añadió, pidiendo, por ello, que la democracia en el proceso soberanista no solo funcione «puertas afuera, sino también puertas adentro». Sobre el debate sobre la expulsión o no de la UE, se mostró «encantado de que deje de ser tabú» y dejó clara su posición, a base de preguntas: «¿De qué Europa hablamos? ¿La que aguantó 40 años de franquismo? ¿La que incitó la burbuja inmobiliaria? ¿La que quita y pone Gobiernos de Goldman Sachs?». El grueso de su discurso se centró en la crisis económica, su gestión y sus consecuencias. B.Z.