SEGUNDA A | 7ª Jornada
Frenazo a la reacción con un chasco monumental
El Alavés volvió a la senda de la derrota en su peor partido de la temporada.
ALCORCÓN 2
ALAVÉS 0
GARA | ALCORCÓN
«Es el primer partido en el que te sientes inferior al contrario», sentenció Natxo González en la sala de prensa de Santo Domingo, convencido, como cualquiera de los que hubiera visto el encuentro entre Alcorcón y Alavés, de que la de ayer fue la peor actuación que han firmado los albiazules esta temporada.
Un chasco, como cualquier derrota, pero en este caso monumental. Por esa mala imagen del equipo y, sobre todo, por estar precedida de la espectacular victoria del pasado domingo frente al Sporting, con la que el Alavés parecía comenzar una reacción que ahora se ve claramente frenada.
En el fondo y en la forma porque los gasteiztarras perdieron y lo hicieron merecidamente. Mal en defensa y también en ataque, se vieron superados en todo momento por un Alcorcón que llegaba a la cita presionado por sus tres derrotas precedentes. No tardó en encontrar cura a sus males porque en cinco minutos ya marchaba por delante en el marcador. Centro de Christian Alonso desde la izquierda y disparo raso de Prendes que adelantaba a los alfareros.
No reaccionó el Alavés, que sufrió en los primeros compases, sobre todo con las entradas de Fernando Sales por la derecha. Con el transcurso de los minutos el sufrimiento fue a menos. El Alcorcón siguió dominando todas las facetas del juego pero tampoco fue capaz de crear demasiadas ocasiones de peligro, salvo con los destellos de calidad de Sales, Prendes y Christian Alfonso. Bastante menor, por no decir nula, fue la presencia ofensiva visitante.
Nada más comenzar la segunda parte, protagonizada en buena medida por la abundante lluvia, llegó el segundo mazazo para los vascos. Mikel Iribas se incorporó al ataque para rematar cruzado otra asistencia de Christian Alfonso. El Alavés seguía desaparecido.
Natxo González decidió recurrir al banquillo en busca de un reactivo. Optó por Toti, cuya entrada devolvió además al equipo el dibujo defensivo habitual, con dos centrales. La variación se notó para bien, aunque probablemente también tuvo mucho que ver que el Alcorcón se resistiera a asumir el más mínimo riesgo y prefirió esperar en su campo. Aún así, en la recta final y con la frescura de Juli sobre el campo, volvió a aparecer para amenazar a los gasteiztarras con la puntilla hasta el pitido final.