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La pobreza en Rumanía despierta la nostalgia por el régimen de Ceausescu

La casi interminable secuencia de crisis políticas y económicas desde 1990 ha suavizado el recuerdo que muchos rumanos tienen del régimen comunista, hasta el punto de que afirman que se vivía mejor con Nicolae Ceausescu.

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Raúl SÁNCHEZ COSTA | Efe

El debate sobre si aquel tiempo pasado fue mejor ha resurgido con fuerza por el estreno la semana pasada de «Soy una vieja comunista», una tragicomedia sobre una madre que añora al «Genio de los Cárpatos», como le gustaba a Nicolae Ceausescu que lo denominaran.

El director Sterea Gulea recuerda en esta película que, en medio de una sociedad inmersa en un capitalismo feroz, aún hay un segmento de la población que recuerda con añoranza a Ceausescu, mientras se enfrenta a una vida de pensiones mínimas, ingresos bajos y desempleo.

«Sin duda, la protagonista evoca una nostalgia general e imprecisa de una vida pasada», explica a Efe la especialista en cine Iulia Blaga.

«Trabajo asegurado, una vivienda social y comida son los elementos básicos a los que alude el personaje principal, interpretado por Luminita Gheorghiu, para diferenciar la situación que se vive ahora» con la vida en la Rumanía comunista, prosigue Blaga.

Hace dos años, una encuesta del llamado Instituto de Investigación de los Crímenes del Comunismo reveló que el 60% de los rumanos consideraba que la economía funcionaba mejor bajo el comunismo.

En 2010, 21 años después de que Ceausescu fuera fusilado durante la revuelta popular que tumbó al régimen, un 47% de los rumanos se declaraba partidario de que regresara el régimen que lideró.

«Si Nicolae Ceausescu siguiera con vida y se hubiera presentado a las presidenciales de Rumanía, habría tenido muchas opciones de ganar», señala a Efe Mihai Burcea, historiador y exinvestigador de ese centro.

Burcea precisa que los nostálgicos no son solo un grupo minoritario de jerifaltes de aquel régimen, sino que la miseria hace que muchos echen de menos aquellos años.

«Su nostalgia proviene de los puestos de trabajo, viviendas que podían adquirir con facilidad y con bajos tipos de interés, y del gran número de personas que se permitía unas vacaciones en el litoral del Mar Negro, más que en la actualidad», manifiesta este experto.

De hecho, la pobreza y la falta de perspectivas debido a la crisis hace que la época comunista sea idealizada incluso por los jóvenes que nunca la vivieron, analiza Burcea.

«Este sector de melancólicos pertenece a grupos sociales que no se han beneficiado del libre mercado y sufren el paro, la miseria y la marginación económica», relata a Efe Ana Popa, una mujer de 63 años que vivió su infancia y juventud bajo el régimen de Ceausescu.

«No es que sean nostálgicos del sistema comunista como tal, sino más bien de una época en la que la población era pobre, pero bastante igualitaria, y tenía una cierta seguridad en el trabajo», subraya Popa.

En aquella época, recuerda, había más facilidades para ir al colegio, mientras que hoy día el cierre de escuelas ha provocado que muchos niños en zonas rurales tengan que desplazarse muchos kilómetros para poder ir a clase.

Pero Popa también rememora la parte negativa, ya que ella misma fue obligada a trasladarse a trabajar a una pequeña localidad de Transilvania dentro del programa gubernamental de colocar a personal cualificado en los pueblos.

 
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