Al menos 40 personas murieron y más de 50 resultaron heridas en el atentado kamikaze perpetrado ayer durante un funeral en una mezquita chií de la ciudad de Mussayab. «Estamos intentando sacar los cuerpos de los escombros. La mayoría de los cadáveres están despedazados. Hay piernas y manos esparcidas por el suelo», lamentó un policía en la escena del atentado. La semana pasada se registraron tres ataques durante ese tipo de ceremonias en Irak, una de ellas en una mezquita chií de la localidad de Sadr, en el este de Bagdad, y otras dos contra templos suníes en el norte y el sur de la capital. Al menos 800 personas han muerto este mes en el país. Según el grupo de vigilancia Iraq Body Count, desde principios de este año han fallecido más de 6.000 personas.