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ANÁLISIS | Negativismo injustificado en el entorno realista

No se puede pretender jugar en la Champions sin pagar ningún peaje

La Real es el único equipo que ha cumplido ya su principal objetivo de la temporada al clasificarse para la fase de grupos de la Champions y se vive un ambiente negativo en el entorno, sin entender que es imposible no pagar un alto peaje por ir a los mejores campos de Europa.

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Joseba ITURRIA

La Real se entrenó como es habitual ayer en dos grupos desde que comenzó su maratón de partidos -los titulares ante el Sevilla tuvieron sesión de recuperación y los demás realizaron trabajo más intenso- y con ausencias de Xabi Prieto, Estrada, Granero y Griezmann, que acabó tocado ante el Sevilla y realizó trabajo de recuperación en el interior de Zubieta. Hoy se verá en el entrenamiento de las 11:00 (abierto) si puede viajar mañana a Alemania para jugar el segundo partido de la liguilla de la Champions.

Otro jugador más que sufre un problema físico. Es una parte más del peaje a pagar por jugar en la Liga de Campeones, sin que muchos aficionados de la Real asuman que su equipo no puede rendir de la misma manera que en los dos últimos tercios de la temporada pasada.

Entonces Montanier tenía a sus once jugadores básicos disponibles en casi todos los partidos y una semana para preparar cada encuentro, con una programación que incluía una recuperación y un trabajo que este año es imposible porque pocos días entrenan juntos todos los jugadores y muchos lo hacen sin estar recuperados. Los organismos no se recuperan igual con un partido cada tres días y eso ayuda a entender los problemas físicos provocados por la sobrecarga de partidos, los riesgos asumidos y la fatalidad.

Si nadie trabaja en agosto como lo ha hecho la Real es porque no es lo ideal para afrontar una temporada. Los técnicos han hecho lo que debían, aumentar la carga de trabajo en verano para llegar a un nivel físico altísimo a una previa en la que correspondía enfrentarse a un equipo que le triplicaba en presupuesto. La forma en la que se superó y la presencia de la Real en la Champions permite dar por buena esa apuesta, por el prestigio y el dinero que da jugar la máxima competición.

La preparación, lógicamente, debía tener consecuencias negativas y ha podido influir en los problemas físicos. Arrasate se ha visto obligado a precipitar la vuelta de los jugadores al once porque se han llegado a lesionar, por ejemplo, los dos laterales derechos a la vez, y en otros casos han impedido las rotaciones. Seferovic ha tenido que jugar un partido cada tres días desde el 20 de agosto, con la Real y con su selección, por la lesión de Agirretxe, y ha bajado su rendimiento. Carlos Vela jugaba casi todos los minutos en la Real y su chispa se ha evaporado.

La gente no entiende que no se puede jugar al mismo nivel cada tres días. El del futbolista no es un trabajo cualquiera en el que alguien puede hacer lo mismo durante ocho horas todos los días. Si no, todos los equipos alinearían los mejores jugadores todos los partidos y nadie lo hace. Y la Real lo acusa más que otros equipos porque sus jugadores no están acostumbrados. Pocos habían jugado en Europa y los resultados en las últimas temporadas cuando la Real ha jugado en una semana dos partidos de Liga o ha enlazado Liga y Copa han sido negativos.

Se culpa al club de no realizar más fichajes, pero durante todo el verano se han pedido un lateral derecho, un central y un pivote defensivo y la Real ha encajado dos goles en los cinco partidos de Liga que no ha disputado contra los dos líderes y no recibió ninguno en los partidos con el Olympique de Lyon.

El problema del equipo no está en defensa, sino en ataque por la acumulación de partidos de jugadores como Vela y Seferovic y las lesiones de Agirretxe, Xabi Prieto y Griezmann. La Real fichó a dos jugadores para sus cinco puestos más ofensivos con inversiones importantes y no ha tenido suerte con Granero, pero nadie pedía más fichajes en las posiciones avanzadas.

Es evidente que sustituir a Illarramendi es difícil, por eso el Real Madrid pagó 39 millones para ficharlo, porque hay pocos jugadores de su nivel. Pero el problema principal de la Real en ataque es que depende mucho de Carlos Vela, que es un jugador irregular. Por eso está en Donostia. En el primer tercio de las dos temporadas anteriores le costó mucho arrancar y su equipo sufrió y, cuando empezó a aportar, la Real remontó vuelo.

Fue clave en la eliminatoria del Olympique de Lyon y cuando ha bajado su nivel en los últimos partidos la Real ha creado menos ocasiones y ha marcado pocos goles. Y la Real tiene un muy buen jugador para sustituir a Vela y Griezmann, como Chory Castro, pero es normal que un entrenador alinee siempre al mexicano con la esperanza de que aporte lo habitual. Si a eso se añade la lesión de Agirretxe, que no ha marcado ningún gol hasta ahora, se entienden los problemas ofensivos.

Se culpa a Arrasate de los resultados cuando solo se le puede discutir su apuesta por José Ángel en los dos últimos partidos de Anoeta tras salir de una lesión cuando De la Bella es el jugador que físicamente está mejor y los defensas asumen más la acumulación de partidos.

Al margen de esa decisión, el de Berriatua ha hecho lo que debía en todo momento. Priorizó la previa en agosto y consiguió que en las dos competiciones la Real arrancara bien. Desde setiembre ha dejado claro que priorizará la Liga sin renunciar a la Champions. Dentro de esa línea de marcar prioridades y, ante la falta de frescura contra el Málaga, era necesario dar descanso a sus jugadores ante el Barcelona y eso permitió a la Real jugar mejor ante el Sevilla en la segunda parte y mostrar más frescura que siete días antes.

Los resultados tampoco han sido tan malos a pesar de los problemas con las lesiones, del desgaste por jugar cada tres días, de la pérdida de Illarra, de los arbitrajes perjudiciales y de la escasa aportación de los dos goleadores. La Real lleva tres victorias, tres empates y tres derrotas ante los dos equipos más en forma de la Liga y un Shakhtar que fue muy inferior en el primer tiempo y que tiene un poder económico muy superior -pagó 25 millones de euros por un jugador que apenas ha utilizado-. La Real tiene en la Liga siete puntos, solo dos menos que la pasada temporada en la séptima jornada. Entonces en la jornada 10 tenía diez puntos.

Por todo ello resulta difícil de entender el negativismo que se vive en la Real cuando toca disfrutar tras cumplir el primer gran objetivo de la temporada. A partir de ahí, basta con ver lo que ha pasado con todos los equipos que no son los más grandes cuando han tenido que compaginar Liga y Champions. Celta y Villarreal bajaron en las diez últimas temporadas en los años de Champions y pocos han repetido clasificación europea dos años seguidos. Por algo será. No se puede pretender jugar la Champions y rendir en la Liga igual que la temporada pasada.

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