Ariel Winograd debutó en 2006 con la comedia sobre adolescentes judíos «Cara de queso», y ya ha realizado un tercer largometraje este año titulado «Vino para robar», que orienta más el humor hacia la acción. El registro que domina es el de la comedia coral, con un toque siempre de humor judío. Para «Mi primera boda» colaboró con el guionista Patricio Vega, estrechamente ligado al cine de Hernán Goldfrid, y de quienes recientemente se estreno el thriller de suspense «Tesis sobre un homicidio».

El amplio reparto de «Mi primera boda» está encabezado por los uruguayos Natalia Oreiro y Daniel Hendler. El actor es muy conocido por ser un fijo en las películas de Daniel Burman, también muy influidas por la cultura judía.

El novio es judío

Como la familia del novio encarnado por Daniel Hendler es judía, presionan para que la boda la celebre un rabino. En cambio, la de la novia es católica, así que quieren que el oficiante sea un cura. Esto da lugar a una guerra doméstica de religiones, resuleta finalmente con una ceremonia ecuménica o mixta, al margen de la legalidad.

Dicha ceremonia se retrasa para después del banquete y el baile, porque el novio hace que los celebrantes se pierdan por el camino. Intenta ganar tiempo porque ha perdido las alianzas, con el consiguiente monumental enredo, el cual recuerda bastante al que tenía lugar en «Un funeral de muerte».