EEUU está dispuesto a dar alas al Japón militarista de Abe para frenar a China
EEUU negocia con Japón una revisión de su actual alianza estratégica que levantará los históricos límites impuestos a Tokio en materia militar. Washington busca con ello reforzar a su aliado en su pugna por mantener el control del Pacífico frente al creciente peso de China.
GARA | TOKIO
Los titulares de Defensa y Exteriores de Japón y EEUU acordaron ayer en Tokio revisar las pautas de su alianza militar por primera vez en 16 años y desplegar un nuevo sistema de radar en suelo nipón, destinado a mejorar la detección de lanzamientos de misiles balísticos.
Washington se apoya en su alianza con Japón para poner en marcha su estrategia de control de la región Asia-Pacífico.
La reunión estuvo marcada por la inquietud de Japón por la creciente potencia militar y marítima de China y por la cuestión de Corea del Norte.
El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, señaló que el encuentro sirvió para fijar «los fundamentos de la relación de seguridad entre EEUU y Japón y para la región en los próximos 15 o 20 años».
Ambos países han convenido en que Japón «debe incrementar su papel» en el seno de esta alianza, forjada por la derrota japonesa y la posterior subordinación tras la Guerra del Pacífico. Lo que va en la línea del proyecto del primer ministro japonés, Shinzo Abe, quien además de aumentar el presupuesto militar por primera vez en los últimos 11 años, viene reclamando un mayor protagonismo del país en materia de «paz y de seguridad regional».
Tras recordar que el documento que regula la cooperación militar bilateral no había sido revisado desde 1997, Kerry convino en que «han cambiado muchas cosas» desde entonces, «con nuevas amenazas y con amenazas de otro tipo».
Su homólogo japonés, Fumio Kishida, destacó la importancia del nexo entre Washington y Tokio en «un momento en el que la situación de la seguridad en la región sube en intensidad».
Más concreto fue el ministro de Defensa, Itsunori Onodera, quien evocó «las amenazas de Corea del Norte» y el hecho de que «muchos países de Asia tienen tensas relaciones con China por diferendos marítimos».
En el capítulo de acuerdos, EEUU instalará un segundo sistema de radar de banda X en la base militar de Kyogamisaki, situada en la costa del Mar de Japón de la prefectura de Kioto (oeste). Igualmente, desplegará dos o tres drones de vigilancia Global Hawk, así como aviones de observación marítima P-8 Poseidón, que llegarán en diciembre, y cazas F-35 a partir de 2017. «Aunque hacemos frente a dificultades presupuestarios en Washington, seguimos dando prioridad a Asia para instalar nuestras capacidades militares más avanzadas», señaló un responsable estadounidense.
Asimismo, y en un gesto de distensión, el encuentro culminó con el anuncio de un acuerdo sobre la salida tras 2020 de 5.000 soldados estadounidenses estacionados en la isla de Okinawa, cuestión que ha sido punto de fricción por la denuncia de la población afectada.
Coincidencia, un responsable estadounidense anunció maniobras militares conjuntas (junto con Seúl) la semana próxima.
En un histórico discurso en el Parlamento de Indonesia, el presidente chino, Xi Jinping, apostó por reforzar lazos con los países del sudeste asiático (Asean) en su pugna de influencia con EEUU.
Xi prometió negociar los diferendos que oponen a Pekín con sus vecinos en el mar de China meridional, la principal espina en esas relaciones. Filipinas, Vietnam, Malasia y Brunei, todos ellos miembros de Asean, se oponen a las pretensiones chinas en esta zona estratégica de cruce de rutas marítimas vitales y reserva potencial de hidrocarburos. Los diez países de la Asean y EEUU proponen una resolución conjunta de los diferendos, mientras China apuesta por negociaciones bilaterales.
Indonesia juega un papel importante en esta guerra diplomática entre Washington y Pekín. En un momento en el que la crisis presupuestaria en EEUU ha obligado a Obama a cancelar su viaje a Filipinas y a Malasia y compromete su participación en la cumbre del APEC (Asia-Pacífico) en Bali (Indonesia), Xi se convirtió ayer en el primer dirigente extranjero en hablar en el Parlamento indonesio y firmó un acuerdo de asociación estratégica con el país musulmán más poblado del mundo. El líder chino sigue escala en Malasia. GARA
Kerry optó finalmente por el cementerio nacional de Tokio para hacer una ofrenda floral por los soldados japoneses muertos en la II Guerra Mundial. Eludió la visita al santuario sintoista de Yasukuni, lugar de culto pannipón cuyas visitas oficiales despiertan la ira de China y Corea del Sur, víctimas del imperialismo japonés.