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«El sistema capitalista es perverso, desestructura la vida misma»

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Marianela Prada
Ministerio de Economía de Bolivia

Licenciada en Relaciones Internacionales, es directora de Gabinete del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas del Estado Plurinacional de Bolivia, que trabaja por establecer un sistema alternativo al capitalismo imperante hasta ahora, capaz de enterrar las desigualdades y repartir la riqueza.

Iraia OIARZABAL | DONOSTIA

Con un buen número de citas en la agenda y trastocada por el cambio horario, Marianela Prada, directora de Gabinete del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de Bolivia, expuso en Bilbo y Donostia la filosofía del «vivir bien» como alternativa al capitalismo, en el marco de las jornadas «Mujeres del mundo ante la crisis global» organizadas por GITE-IPES. Un modelo que el Gobierno de Evo Morales está implementando paso a paso en Bolivia y que ya está comenzando a dar sus frutos en un país caracterizado hasta hace poco por sus elevadas tasas de pobreza.

«No soy economista y nunca pensé trabajar en un Ministerio de Economía», reconoce. Sin embargo, expone con exactitud las bases del Nuevo Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo de Bolivia. Un sistema basado en la redistribución de la riqueza y la participación ciudadana que ha permitido a Bolivia despertar de la «gran noche neoliberal» en la que estaba sumida, según describe Prada, con todos sus recursos naturales «enajenados y en manos de las transnacionales».

Explica que durante muchísimo años el excedente se iba fuera del país y lo que quedaba se distribuía de manera desequilibrada. Ello ahondó en las asimetrías y en la pobreza, al tiempo que el país se iba sumiendo en una crisis de deuda. Algo similar a lo que sucede actualmente en Europa.

El nuevo sistema, por tanto, nació con el claro objetivo de dar un giro a la situación y, poco a poco, sus logros se van haciendo visibles. De hecho, según expone Prada, se ha conseguido que Bolivia sea ya un territorio libre de analfabetismo y se ha reducido la pobreza moderada y extrema en más de un 16%, dejando atrás el primer puesto en el ránking de los países más empobrecidos de sudamérica. También los indicadores económicos señalan en esa dirección, puesto que el país registra un crecimiento sostenido de en torno al 4,8% desde 2009.

Otro de los grandes logros de las políticas del nuevo sistema es la reducción de la tasa de desempleo, que, según consta en la Memoria Económica de 2012, se redujo del 8,3% de media entre 2000 y 2005, al 3,8% a partir del año 2006.

Redistribuir la riqueza

¿Cómo funciona el sistema? Esta es la primera pregunta que surge ante los resultados presentados por Prada. El esquema es sencillo, todos los excedentes que generan los cuatro sectores estratégicos del país (hidrocarburos, minería, electricidad y recursos ambientales) se los apropia el Estado y redistribuye una parte a través de bonos e incrementos salariales, algo que, según destaca Prada, nunca se ha hecho con el salario mínimo en Bolivia.

La otra parte se destina al impulso de los sectores generadores de ingresos y empleo a través de políticas de ampliación y diversificación de la matriz productiva e industrialización de los recursos naturales.

Otra de las particularidades del sistema es la participación de los movimientos sociales en su estructuración, lo que resulta «muy difícil en una institucionalidad y en un Estado que hemos heredado colonial, patriarcal y atravesado por lógicas capitalistas», remarca. No obstante, asegura que han logrado poner en marcha un modelo creado «desde Bolivia para los bolivianos» y que busca «construir políticas sociales orientadas hacia el vivir bien bajo una lógica económica distinta».

Así, relata que a día de hoy se encuentran en la obligación de atender demandas muy elementales de servicios básicos como el acceso a la educación o la salud. El objetivo es redistribuir el excedente de ingresos entre el sector de la población que menos recursos tiene. Para ello, se han creado diferentes mecanismos como subvenciones a los alimentos o la electricidad. Otra ayuda es la Renta Dignidad, una paga que reciben todas las personas mayores de 60 años a fin de garantizarles un ingreso mínimo. Aquellas personas que tienen una jubilación reciben una cantidad inferior y las que no tiene pensión reciben mensualmente una renta por parte del Estado.

Además, existen dos bonos o ayudas destinadas a evitar la deserción escolar y garantizar a las mujeres un seguimiento de su embarazo y los dos primeros meses de vida del bebé para prevenir la mortalidad infantil.

La lucha contra la corrupción también está presente con la creación del Ministerio de transparencia institucional y lucha contra la corrupción. Busca «hacer justicia con los millonarios robos que hubo en el pasado y ejercer control sobre la propia gente del partido».

El control a la actividad de los bancos irrumpe en el sistema con la Ley de Servicios Financieros que pasa a sustituir a la ley de bancos. «Era una ley orientada a cuidar más a los bancos que a las personas. Ahora cambia la visión y está orientada a proteger a los ciudadanos que utilizan el servicio de los bancos entendiendo que debe haber una regulación del Estado en contra de la usura y el enriquecimiento desmedido de muchos bancos», sentencia Prada.

Añade que pretende así evitar lo ocurrido recientemente con la crisis financiera, que ha trasladado sus consecuencias al ámbito real de la economía, azotando a la población más vulnerable. Desde la experiencia, advierte que los paquetes que ahora se están aplicando en determinados países ya se implantaron en Latinoamérica y no funcionaron, sino que ahondaron en la pobreza, el desempleo y las desigualdades. «El sistema capitalista es perverso porque privatiza las ganancias y solidariza las pérdidas. Desestructura la vida misma», censura.

Dos pueblos por la soberanía

Tras explicar los pormenores del sistema boliviano, Prada incide en que no cree en las recetas y que cada modelo debe tener en cuenta la realidad propia en la que se ubica. «Las buenas experiencias se pueden compartir, pero hay que ver la forma de yustaponerlas a las realidades nacionales, si no, está destinado al fracaso», apostilla.

Aún así, se confiesa reflejada en las luchas de Euskal Herria. «Vemos muchas similitudes en las luchas de soberanía y dignidad del pueblo vasco. Un movimiento que intenta articularse en alternativa a un sistema dominante político y económico», relata. Sostiene que, en definitiva, se trata de «una lucha común por la vida», pero cada uno desde su realidad, con la certeza de que «cada pueblo debe buscar sus propios caminos de liberación y soberanía».

 

usura bancaria

«La nueva Ley de Servicios Financieros está orientada a proteger a los ciudadanos que utilizan el servicio de los bancos, entendiendo que debe haber una regulación del Estado contra la usura y el enriquecimiento desmedido de muchos bancos».

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