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Champions League (Fase de Grupos)

Bera Bera garantiza que le plantará cara al Vardar

El buen inicio de temporada ha fortalecido su confianza, y pretende competir a tope en Champions League.

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BERA BERA-VARDAR

Juan Carlos ELORZA

Bera Bera debutará este mediodía en la competición de clubes más exigente del mundo por méritos propios, y tratará de hacer el mejor papel posible a pesar de que su plantilla no sea tan larga como las de la mayoría de sus rivales, de que su presupuesto no le permita grandes fichajes -esta misma semana se ha sabido que su segunda portera, Yamiley Rodríguez, podría tener una lesión en la espalda, lo que obligará al club a valorar la opción de incorporar otra portera-, y de que gran parte de su equipo sea muy joven e inexperto en este tipo de partidos.

Pero de lo que no hay duda es de la ambición del club y de sus jugadoras, de su calidad, y de su espíritu de lucha. Un análisis previo sobre el papel da como favorito al Vardar hoy en el Gasca, pero afortunadamente el deporte es una caja de sorpresas, que premia sobre todo a quien las busca. Y... ya que estamos aquí, ¿por qué no intentarlo?

En las horas previas al partido Imanol Alvarez, tras reconocer el poderío del Vardar, centraba su discurso en que Bera Bera tratará de hacer su juego, defender y correr, para poner las cosas lo más difíciles posibles al equipo macedonio. Sin ningún tipo de presión -salvo la de debutar en Champions League-, y con la tranquilidad y confianza adquirida en el primer mes de la temporada, en la que el equipo ha ido cumpliendo todos sus objetivos -lo que ha servido para afianzar de paso la posición del entrenador, que sustituía a una figura como la de Reyes Karrere-, Bera Bera se presenta en esta competición con el ánimo de disfrutar y hacer disfrutar a su afición, aprender de un nivel que nunca antes habían conocido, y competir al límite de sus capacidades, porque este equipo es incapaz de dosificarse y no le vuelve la cara a ningún rival, por superior que parezca.

La capitana Matxalen Ziarsolo subrayaba la ilusión con la que encaran estos partidos. Jugadoras como la ermuarra, que llevan toda una vida en el club, están apreciando ahora los momentos de los éxitos, y seguro que pondrán a prueba la fortaleza del Vardar, un club que ha reconocido abiertamente que su objetivo consiste en ir a por el título europeo, si no este año el siguiente, y que ha formado una plantilla «galáctica» para ello.

Hasta la pasada temporada el Vardar había jugado en Europa una decena de veces en 20 años, pero sin resultados llamativos. Su mejor resultado fue llegar a octavos de final de la City Cup en la temporada 1994-95, y repetir en la Copa EHF 2012-13, hasta que el mecenas ruso Sergej Samsonenko irrumpió en escena. Con el dinero por delante (Begoña Fernández, escarmentada tras su paso por Itxako y el Zajecar serbio -donde duró tres meses antes del primer impago- ha reconocido que cobró lo que se le ofreció por adelantado), se puso a construir un equipo para aspirar a ser campeón de Europa. Para hacerlo se quedó con lo mejor que tenía, y le añadió una decena de estrellas.

La temporada pasada el Vardar participó en la Copa EHF, donde jugó 4 partidos, ganó los dos de la primera eliminatoria al Loux Patras griego, y cayó en octavos de final ante el Kuban Krasnodar ruso -donde jugaba la ex de Bera Bera Anna Punko- por la diferencia de goles (ganó 30-28 en casa y perdió 22-17 fuera). El Vardar marcó 102 goles en total, y a la hora de rehacer el equipo Samsonenko se quedó con quienes habían marcado 77 de ellos -ocho jugadoras, entre quienes ya estaba Fernández, y la portera rusa Suslina -, que era el equipo titular, y fichó a 9 jugadoras más de primer nivel, que en 2012-13 sumaron 298 goles entre Champions y Recopa.

Para acompañar a Suslina en la portería llegaba la francesa Leynaud (del Oltchim, tras ocho temporadas en el mejor club francés, el Metz); en el extremo derecho a la rusa Kostyukova se le unía Radicevic (campeona de Champions con el Györ, y subcampeona olímpica y campeona europea con Montenegro); para el extremo izquierdo llegaban la francesa Dembele (Randers) y la croata Zebic (Zajecar, ex de Itxako); en el pivote otra montenegrina, compañera de éxitos de Radicevic en la selección, Ana Djokic (Rostov Don), compartiría puesto con la gallega Fernández; y en la primera línea Samsonenko acabó de echar la casa por la ventana: se quedó con las macedonias Crvenkoska y Steriova, la montenegrina Klikovac y la serbia Dmitrovic, y reclutó a la francesa Pineau (Oltchim, mejor jugadora mundial 2009), a la rusa Khmyrova (Volgogrado), recuperó a una extrella macedonia emigrada como Julija Nikolic (Zvezda) y la guinda fue otra jugadora y pieza básica del Györ, la central-lateral serbia Lekic. Ahora solo falta que consigan formar un equipo.

Skopje, Samsonenko y el matrimonio Kastratovic

«Es nuestro mayor refuerzo». Mihajlo Mihailovski, el anterior presidente del Vardar, lo tenía claro en el acto en el que cedía los poderes del club a Sergej Samsonenko. Tras hacerse cargo del equipo femenino, el empresario ruso hizo lo propio con el masculino y, al clasificarse ambos para la Champions League, por primera vez una ciudad (Skopje) contaba con tres equipos en la máxima competición, al sumarse los dos del Vardar al Metalurg masculino.

Para dirigir al equipo femenino designó a Indira Kastratovic, jugadora mítica del balonmano macedonio, una de las mejores laterales derechas del mundo, máxima goleadora del Mundial de Alemania 1997, dos veces subcampeona de la Champions League y campeona en la edición 2001-02, siempre con el Kometal Skopje, donde jugó casi toda su carrera. Después de la final 2004-05 Kastratovic fichó por el Rocasa (ya con 35 años), pero apenas estuvo un par de meses en Canarias, porque una vieja lesión de rodilla le obligó a retirarse y volver a Skopje a dirigir la escuela de balonmano que había creado con su marido, Zoran.

Unos meses después, en junio, Indira recibía un homenaje multitudinario de despedida ante 5.000 personas con un partido entre un combinado mundial y un equipo de excompañeras suyas macedonias y del Kometal Skopje.

Con Indira en el banquillo el Vardar ganaba su primer título de Liga la pasada temporada, mientras Sergej Samsonenko iba fichando una decena de estrellas con el objetivo en mente de aspirar al título europeo a medio plazo. Y en cuanto acabó, se puso a trabajar en el equipo masculino.

Aquí también había que buscar a un nuevo entrenador para el banquillo, tras la sanción por un año al díscolo Veselin Vujovic (a quien se llegó a apodar el «Maradona del balonmano», incluído entre los diez mejores jugadores de la historia tras su paso por la mítica Metaloplastica de Sabac y luego el Barcelona) por una bronca con los árbitros en la final de Liga contra el Metalurg (ya fue sancionado antes con un año y medio cuando entrenaba al Ciudad Real por una bronca en la final de la Recopa 2001-02, y con otro año en Vardar tras insultar a los árbitros en un partido de Recopa en 2008).

Tras evaluar a varios candidatos Samsonenko se decidió por ¡Zoran Kastratovic!, el marido de Indira, y propiciaba otro hecho inédito, que un matrimonio dirija al mismo tiempo dos equipos de un club. Zoran ya había dirigido un par de clubes macedonios, a la selección femenina macedonia, y fue el seleccionador que había llevado a Montenegro al Mundial 2013. J.C.E.

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