GARA > Idatzia > Kultura

NARRATIVA

Las pezuñas del mulo Mola

p054_f02_52x69.jpg

Iñaki URDANIBIA

Decían del otro que donde pisaba no crecía la hierba; en el caso del general Mola Vidal, y sus esbirros, podría afirmarse que donde hundía su pezuña –por adoptar el lenguaje de don Pablo Neruda, que le catalogaba como consta en el título del presente comentario– yacían los cadáveres al por mayor. Desde la dirección de la capitanía general de Iruñea guiaba la despiadada represión contra cualquiera que se saliese de la norma política, moral, religiosa. Estamos en 1936 y naturalmente  la norma era la del fascio redentor; convertidas las tapias y las cunetas en depósito y testigos de los paseos macabros organizados por los cazadores de hombres: falangistas de camisa azul, curas de negras sotanas, carlistas de roja boina, o todos al unísono, “juntos y en unión”.

Miguel Sánchez-Ostiz se alza frente a la historia oficial, la de los vencedores y todas las versiones adornadas con la mayúscula por los bonzos académicos, Historia, o con las minúsculas, historietas, narradas por algunos protagonistas y sus orgullosos herederos para justificar las tropelías cometidas; el escrito pamplonés presta la voz a los perdedores, por la senda apuntada por Walter Benjamin, a las historias orales que ha escuchado y que ponen los puntos sobre las íes acerca de lo sucedido; sin temor a «indisponerse». Lugares emblemáticos, como el fuerte de San Cristóbal, con el que se inicia el libro, a distintas fechas destacadas por haberse convertido en jornadas dedicadas a la fiesta de la muerte. Los hechos relatados o su recuerdo en coincidencias y efemérides, muestran cómo las huellas de las bestialidades cometidas en los tiempos de la guerra de 1936 y en sus posterior aplicación del «escarmiento» que daba paso al «botín» con que se hacían unos a costa de los otros. Todo aquello no es mera cosa del pasado sino que sigue vivito y coleando en la mente, y en la propia vida, de los ciudadanos de hoy, marcados por el asesinato de sus familiares y por las fatigas y penurias, a que se han visto sometidos debido a tales lazos de parentesco, del mismo modo que en el lado contrario, la gente premiada por las hazañas bélicas de sus padres y/o abuelos victoriosos. Trincheras pasadas que conservan su rabiosa actualidad en la medida en que unos tratan de recuperar la verdad y recuperar la dignidad para sus antepasados, en aplicación de la Memoria histórica, mientras que otros dan por buena la historia que ellos escribieron, con la bendición de los negros hábitos, con el oficio de los plumillas de los medios de comunicación locales -los chicos del «Diario»- y sus garcilacescos modos, manteniendo sus privilegios logrados a causa de la victoria sobre la chusma, que hoy todavía se empeña en revolver las cosas en vez de dejarlas en paz... Quizá por aquello de dejad que los muertos entierren a los muertos, aunque algunos de estos, los de un bando, no tuvieron el derecho a recibir una digna sepultura, y hasta a sus familias les fue hurtado el derecho de saber el paradero en que se habían arrojado sus restos; por rojos, separatistas, ateos, miembros de la anti-España...

El interés de quien abra el libro de Sánchez-Ostiz no decaerá al paso de las trepidantes hojas, sino que irá aumentando en la medida en que se vayan acumulando las historias agrupadas en cuatro apartados: Vista general, Conspiración, Alzamiento y Escarmiento.

El acercamiento a estas escenas presentadas resulta facilitado por el tono que responde a la oralidad de lo recabado por el autor y a la frescura de su prosa que evita, de manera absoluta, los tonos farragosos y «gran señor» de los que menudo adolecen los testos de historia.

Indudablemente Nafarroa ya tiene quienes le escriban; entre los más lúcidos cronistas, junto a los Pablo de Antoñana, Pío Baroja y en otro registro, junto a los Jimeno Jurío, Josu Txueka, Emilio Majuelo, Tomás Urzainqui, Ramón Lapesquera ... Y no paso lista, podemos incluir sin titubear y en un destacado lugar a Miguel Sánchez-Ostiz.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo