Los grupos islamistas vengarán la captura de al-Liby por parte de EEUU
Los grupos islamistas libios, fuertes en la región oriental de la Cirenaica, han hecho un llamamiento a secuestrar a estadounidenses y occidentales y a atacar objetivos estratégicos en respuesta a la captura por parte de EEUU del supuesto autor de los ataques contra las embajadas de Kenia y Tanzania en 1998. Mientras, los expertos escrutan la presencia de grupos ligados a Al Qaeda en el hoy Estado fallido libio.
GARA | BENGASI
Los grupos islamistas libios han hecho un llamamiento a capturar a los ciudadanos estadounidenses y occidentales residentes en Trípoli y a sabotear oleoductos, barcos y aviones en represalia por la captura la semana pasada por parte de un comando de Abu Anas al Liby.
Nazih al Ragye, alias Abu Anas al Liby, está acusado de haber participado en los atentados con bomba en 1998 contra las Embajadas de EEUU en Kenia y Tanzania, que causaron la muerte de 224 civiles. Fue capturado el pasado sábado en las calles de la capital libia y trasladado a un barco de la Armada estadounidense en el Mediterráneo, donde estaría siendo interrogado.
En sus mensajes a través de internet, confirmados por el servicio estadounidense de vigilancia de webs islamistas SITE, los islamistas instan a la población a cerrar las entradas y salidas de la capital, Trípoli, y secuestrar a los ciudadanos de EEUU y sus aliados con el objetivo de canjearlos por sus presos. Asimismo, invitan a sabotear las oleoductos que exportan gas a Europa y a atacar barcos y aviones.
«Libia sigue siendo un lugar de no creyentes gobernado por normas ajenas a la Sharia de Alá; por tanto, no debe haber seguridad para los no creyentes», señana uno de los mensajes difundidos por foros y redes.
Advertencia al Gobierno
En otro mensaje, un grupo autodenominado Los Revolucionarios de Bengasi, (Al Bayda Derna), condena la captura de al-Liby y acusa a las autoridades libias de conocer de antemano la operación. El primer ministro libio, Ali Zeidan, aseguró que su Gobierno había pedido explicaciones a EEUU. El mismo grupo insta a combatir a «todos los que han traicionado al país y que estén implicados en esta conspiración (...) El Gobierno libio va a pagar caro este vergonzoso acto», advierten.
Tras la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011, el islamismo se ha convertido en una de las principales fuerzas políticas en Libia. Hasta el punto de que controla en la práctica la región oriental de Cirenaica desde su capital, Bengasi. En paralelo, grupos yihadistas se han hecho fuertes en la región meridional de Fezzan, donde habrían hallado refugio milicianos de Al Qaeda del Magreb Islámico tras su huida de Azawad por la campaña militar francesa en Mali.
La sombra de Al Qaeda
Expertos occidentales confirman que Libia se ha convertido en refugio de militantes y grupos que reivindican la ideología yihadista de Al Qaeda pero coinciden en señalar que la red fundada en su día por Osama Bin Laden se cuida mucho de actuar en suelo libio.
Reprimidos y perseguidos por el régimen de Gadafi, muchos islamistas libios chuyeron del país en los noventa y buscaron refugio, y un frente de guerra, en Afganistán e Irak.
Muchos de ellos volvieron a su país en plena revuelta contra Gadafi. Su alineamiento con los rebeldes y su pericia en combate les granjearon la simpatía de la parte de la población que apoyó la lucha contra Gadafi.
En el caos que siguió a los bombardeos aliados que acabaron con el linchamiento público del líder sirio, algunos de estos grupos se hicieron con grandes arsenales de armas, crearon milicias y establecieron campos de entrenamiento donde reclutan a jóvenes, libios y extranjeros, a los que envían al frente sirio.
Expertos libios aseguran que estos grupos se han fortalecido tanto que pueden permitirse no alinearse con Al Qaeda y actuar solos bajo el mando de su propio emir. Es el caso del grupo salafista yihadista Ansar al-Sharia, muy activo en la Cirenaica y sospechoso del asalto en setiembre del pasado año contra el consulado de EEUU en Bengasi, asalto que acabó con la muerte del embajador Chris Stevens y tres escoltas estadounidenses.
No obstante, y hasta el presente, los expertos no han podido establecer lazos orgánicos entre este grupo, que defiende la implantación de la Sharia (ley islámica) como único fundamento de derecho, y Al Qaeda. Claudia Gazzini, analista del International Crisis Group, confirma la existencia de grupos que comparten afinidad ideológica con Al Qaeda. «Tenemos también pruebas de personas que en el pasado tuvieron contactos con jefes de Al Qaeda y que ahora están en Libia. Pero nada indica que estos individuos o grupos estén actualmente afiliados directamente a la red».
Desde la caída de Gadafi se han registrado atentados contra intereses occidentales, incluidas las embajadas francesa y rusa. «Es cierto que hay simpatizantes de la red Al Qaeda en Libia, pero como los hay en todo el mundo, incluso en EEUU, pero no hay yihadistas de Al Qaeda en Libia», zanja Fraj Najem. director del Centro Africano de Estudios en Trípoli.
Por lo que concierne a la presencia de al-Liby en el país, Najem afirma que este último cesó toda actividad relacionada con Al Qaeda desde su regreso al país en 2011.
Amor Buchaala, experto radicado en Bengasi, coincide en que los atentados acaecidos en el este del país no han sido nunca reivindicados por Al Qaeda, aunque no descarta relación y soporte siquiera logístico a grupos como Al Qaeda del Magreb Islámico o el del disidente Mojtar Belmojtar.
El Congreso General Nacional libio (CGN), la más alta autoridad política del país, ha exigido a Washington que le devuelva «inmediatamente» a al-Liby. En un comunicado leído por el portavoz de la Cámara, Omar Hmidan, el CGN señala la «necesidad de la devolución inmediata del ciudadano libio», y califica la operación estadounidense de «violación flagrante de la soberanía nacional».
El texto votado por el Congreso destaca igualmente la «necesidad de que se permita a las autoridades libias y a sus familiares contactar» con al-Liby y garantizarle el derecho a acceder a un abogado.
De visita en Marruecos, el primer ministro libio, Ali Zeidan, insistió en que los ciudadanos libios deben ser juzgados en todo caso en su propio país. «Los ciudadanos libios deben ser juzgados en Libia y Libia no entregará a sus ciudadanos para que sean juzgados en el extranjero», insistió.
El ministro de Justicia, Salah al-Marghani, convocó ayer a la embajadora de EEUU, Deborah Jones, para exigirle explicaciones sobre el operativo militar en suelo libio. GARA