El paso de Marina Silva al PSB aumenta la presión sobre Rousseff ante las elecciones
La representante de los Verdes brasileños, Marina Silva, ha dibujado un nuevo paisaje político para las presidenciales de 2014, al integrarse en el Partido Socialista Brasileño. Aunque deja de lado su candidatura, podría complicar las aspiraciones de reelección de Dilma Rousseff.
GARA | BRASILIA
La exministra de Medio Ambiente Marina Silva ha anunciado que se une al Partido Socialista Brasileño (PSB) tras haber roto con el Gobierno de Dilma Rousseff con el fin de presentar su propia candidatura en las elecciones de 2014, pero que vio rechazada al no conseguir el medio millón de firmas de electores para su partido político.
Situada en segunda posición en las intenciones de voto, Silva ha sorprendido al anunciar que apoyaría al candidato del PSB, Eduardo Campos, actual gobernador del Estado de Pernanbuco y exministro de Ciencia y Tecnología. El PSB ha estado casi diez años en la coalición gubernamental fundada por el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, padrino político de Rousseff.
Aunque el rechazo a la candidatura de Silva parecía despejar el camino a Rousseff, su apoyo al PSB supone una fuerte alianza que, por primera vez desde 1994 puede romper con la tradicional polarización entre el Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido Socialdemócrata Brasileño, según el analista de MCM Ricardo Ribeiro, que observa que Campos y Silva son exministros de Lula que se complementan: «Silva representa la novedad, una outsider de la política tradicional que consigue votos, pero su debilidad era no tener un partido y las dudas de los medios empresariales. Campos tiene un partido estructurado y está bien visto por el empresariado pero le faltaba la fuerza para salir del 8 % de las intenciones de voto».
«Esta alianza perjudica sobre todo a Dilma Rousseff a pesar de que la presidenta es actualmente la candidata más fuerte para la reelección con un partido que le asegura el 30 % de los votos», indica el director del instituto de sondeos MDA, Marcelo Souza. «La decisión de Marina aumenta la presión sobre Dilma» titulaba el lunes el diario «O Globo». «El Palacio presidencial revisa su estrategia para hacer frente a Campos-Marina», titulaba por su parte el conservador «Estado de Sao Paulo».
Con todo Roussef saca en las encuestas más de 20 puntos a Silva. Originaria de una comunidad de recogedores de caucho y analfabeta hasta los 16 años, Silva fue la revelación en las presidenciales de 2010 al alcanzar la segunda vuelta con el minúsculo Partido Verde.
«La gran duda es saber si Marin Silva -que había obtenido 20 millones de votos- conseguirá transferir este capital» a la alianza con Campos, subraya Souza.
Aunque de confesión evangélica y opuesta al matrimonio gay, Silvia subió en las encuestas de opinión tras la agitación social que Brasil vivió en junio contra la corrupción, los gastos ligados a grandes eventos deportivos y por la mejora de los servicios públicos.