La presidenta argentina, Cristina Fernández, fue ayer operada con éxito de un hematoma craneal formado cerca del cerebro, que fue eliminado tras una intervención sin complicaciones, pero que le impiden, de forma provisional, dirigir el país.

«La operación se ha desarrollado de forma satisfactoria, la presidenta está en su habitación. Tiene buen ánimo», declaró el portavoz de la Presidencia, Alfredo Soccimarro, seguido de los aplausos de 200 simpatizantes que se reunieron ante el Instituto Favaloro, el hospital privado donde tuvo lugar la intervención. «El hematoma subdural a sido drenado, una intervención quirúrgica sin complicaciones», afirmó la Fundación Favaloro, que añadió que «el estado de la paciente evoluciona favorablemente»

Según Anders Cohen, jefe del servicio de neurología del Brooklyn Hospital Center de Nueva York, la presidenta argentina debería seguir hospitalizada durante 72 horas y podría dejar el hospital el viernes y estar completamente restablecida en entre cuatro y seis semanas. La formación del hematoma fue consecuencia de una caída el pasado 12 de agosto, aunque los primeros análisis revelaron un traumatismo craneal sin consecuencias.

La Presidencia no reveló la caída de Fernández hasta el pasado sábado, unas horas después de los exámenes que permitieron la identificación del problema. Los médicos prescribieron a la presidenta 30 días de reposo pero exámenes complementarios que acabaron por convencer al equipo médico de la urgencia de la operación.

Cristina Fernández, elegida en 2007 y reelegida en 2011 para su último mandato de cuatro años, no tiene costumbre de delegar, aunque ya lo hizo a comienzos de 2012 cuando se le extirpó la tiroides, pero deberá guardar el tiempo de convalecencia.

Vicepresidente

Amado Boudou, vicepresidente desde 2011, argentino de origen francés, asegurará la interinidad, pero la Presidencia no ha confirmado aún oficialmente la transferencia de poder. Desde lunes, sustituyó a la presidenta en diversos actos protocolarios. Salpicado por una investigación sobre un posible tráfico de influencias, Boudou dista mucho de ser un activo en plena campaña para las elecciones legislativas del 27 de octubre, según numerosos observadores.

Desde el sábado el estado de salud de Cristina Fernández ha eclipsado la campaña electoral de las legislativas parciales.