Las bolsas han entrado en una fase de impaciencia por la tardanza en el acuerdo sobre el presupuesto federal de Estados Unidos y, sobre todo, la ampliación del techo de deuda, requisito indispensable para que no se produzca el temible impago el próximo 17 de octubre. No obstante, los analistas dan por seguro que no se llegará a la situación de falta de liquidez para cumplir con los compromisos del Tesoro, pero también admiten que una prolongada disputa para recuperar los servicios federales cerrados va a lastrar a los mercados. El Ibex trataba ayer a primera hora de responder al descenso del lunes, pero después se dejó llevar por la resignación generalizada ante esa falta de acuerdo en Estados Unidos. También Wall Street empujaba hacia abajo condicionado por el mismo factor. Al cierre, el Ibex descontó un 0,67%, hasta los 9.318,90 puntos. En Europa, más de lo mismo: Fráncfort retrocedía un 0,29%, París, un 0,77%, y Londres, un 1,11%. Por valores del Ibex, destacaron a la baja Indra (-3,64%) y Sabadell (-1,86%). La primera compañía sigue pagando la desinversión de la familia Del Pino y la segunda se vio perjudicada por la cotización de los 660 millones de acciones nuevas procedentes de la ampliación. Los pesos pesados tampoco ayudaban, ya que tan solo Repsol (+0,11%) acababa con ganancias. Del resto, los peores eran BBVA y Santander al perder más de un 1%. Los mejores fueron Bankinter (+3,01%), Mediaset (+2,84%) y BME (+1,98%). En París, Orange (+1,32%) lideró las alzas, mientras que Eads (-2,59%), Lafarge (-2,54%) y Société Générale (-2,23%) soportaban los peores balances.