EH Bildu tacha de «reaccionario» el pacto fiscal a tres entre PNV, PSE y PP
La coalición tilda de «gran fraude» el acuerdo a tres bandas puesto que, lejos de favorecer la progresividad, supone retroceder a la política fiscal que PNV, PSE y PP aprobaron en el periodo 2008-2009 y que acarreó «un sinfín de recortes sociales» y la debacle de las arcas públicas. Censura que el PSE se ha «alineado con la derecha» y cuestiona cuál será ahora su posición ante las medidas adoptadas en Gipuzkoa.
Iraia OIARZABAL | DONOSTIA
Tras la incorporación del PP al pacto fiscal suscrito inicialmente por PNV y PSE, EH Bildu constató ayer en rueda de prensa que se trata de «un acuerdo de las fuerzas del régimen» que busca mantener el actual modelo económico y social «bajo una apariencia de pequeños cambios», según manifestaron los portavoces de la coalición Oskar Matute y Joseba Permach.
Criticaron que el acuerdo no ahonda en la progresividad, sino que se remite a la política fiscal que estos tres partidos aprobaron conjuntamente en el periodo 2008-2009 y que, según señalaron, acarreó «un sinfín de recortes sociales» y «vaciaron las arcas públicas», además de sumir a las instituciones vascas en la crisis que padecen actualmente. Por ello, consideraron «bastante grave» que ahora estas tres formaciones «vengan a vender una acuerdo fiscal maravilloso».
Defendieron que, ante la decadencia de estas políticas, EH Bildu ha intentado sacar adelante una nueva política fiscal en los últimos dos años, con especial incidencia en Gipuzkoa. Dichas medidas persiguen tres objetivos: obtener ingresos suficientes con los que garantizar los servicios públicos, luchar contra el fraude y avanzar hacia la progresividad de manera paguen más los que más tienen.
Permach denunció que el PNV «no ha hecho otra cosa que criticar con contundencia» las medidas adoptadas, oponiéndose permanentemente a su aplicación, aunque ahora «se pretende vender a la sociedad que el acuerdo con PSE y PP avanza en ese sentido», apostilló.
Es más, señalaron que no es cierto que se vaya a recaudar más y que tampoco se garantiza que vayan a pagar más los que más tienen, sino que va a castigar a las rentas del trabajo.
Barreras al cambio
A juicio de la coalición soberanista, la incorporación del PP al pacto ha traído consigo una serie de cambios en la propuesta inicial que agravan sus consecuencias y lo acerca más a los postulados conservadores. De hecho, el propio PSE ha reconocido en varias ocasiones que el pacto podría haber ido más allá, aunque posteriormente quitaba peso a los cambios del PP.
Entre otras cuestiones, se mantienen las deducciones por la compra y el alquiler de vivienda para jóvenes y familias numerosas y abre a los autónomos y a las personas físicas el acceso a las deducciones por emprendimiento.
La coalición percibe, asimismo, falta de voluntad para avanzar en la lucha contra el fraude y como prueba de ello mencionaron que la interconexión de datos entre los territorios históricos no figura en el acuerdo.
Por todo ello, Matute sostuvo que este pacto, «reaccionario y conservador», supone «un acuerdo político de fondo», que pretende apuntalar las políticas que mantengan el actual modelo político y social, así como el fraude fiscal, precisamente en un momento en el que la sociedad vasca reclama un cambio de políticas.
Alineados a la derecha
Con todo ello, se abren varios interrogantes en relación a la postura mantenida hasta ahora por el PSE en Gipuzkoa y la que podría adoptar en adelante con la extensión del pacto a las Juntas Generales de los tres territorios. ¿Cómo justifica el PSE que después de varios acuerdos con EH Bildu lleve a cabo un acuerdo con el PNV y el PP, con la derecha del país?, cuestionó Permach.
Al respecto, confió en que «a nadie se le va a ocurrir aprobar medidas en las Juntas Generales de Gipuzkoa que supongan un retroceso en la progresividad. Queremos pensar que el PSE no va a votar en contra de lo que ha votado hace unos meses y que a nadie se le va a pasar por la cabeza dejar sin efecto el Impuesto sobre Grandes Fortunas» apostilló.
La portavoz de Diputación de Gipuzkoa, Larraitz Ugarte, también se pronunció al respecto y reiteró que el acuerdo «se enfrenta de lleno» a su filosofía, aunque sostuvo que el Gobierno foral va a mantener su posición, a lo que añadió que «son otros los que deberán explicar por qué se alinean con la derecha».
A su juicio «queda cada vez más patente que existen dos modelos». Por una parte, el modelo de la Diputación que han desarrollado «curiosamente durante los dos últimos años con la ayuda del PSE» en favor de un sistema fiscal «progresivo», y por otro el que pone «todo el peso de la presión fiscal sobre los trabajadores», dejando «las manos libres a las grandes empresas y a las grandes fortunas».
Aseguró que, a pesar de todo, la Diputación va a seguir su camino. De hecho, presentará próximamente su proyecto de reforma del Impuesto sobre Sociedades y su pretensión es que entre en vigor el 1 de enero.
La suma del PP al pacto fiscal del PNV y PSE no ha pillado por sorpresa a nadie. ELA y LAB, por separado, lo criticaron y reconocieron que «profundizará en los aspectos más regresivos» y, a la vez, reafirmará su condición de «antisocial».
Adolfo Muñoz, Txiki, destacó ayer en Bilbo que esos tres partidos, junto a UPN en Nafarroa, «realizan las mismas políticas antisociales». Dejó claro que es «un fraude social» y admitió que en ningún caso recorta la inmensa diferencia de presión fiscal que existe con la media europea. A lo más que aspira es a recaudar 150 millones más, cuando con la presión europea se podrían recaudar más de 5.300 millones [en la CAV]», apuntó.
El líder de ELA manifestó, por otra parte, que «al no atraer más ingresos, llegaremos a 2014 con más recortes, que dañarán a la mayoría de la sociedad vasca».
LAB, por su parte, indicó que el pacto fiscal entre PNV y PSE supuso «un reconocimiento implícito de culpa por la política fiscal desarrollada durante décadas, cuyo objetivo fue conceder un tratamiento privilegiado a las rentas de capital, las grandes fortunas y los beneficios empresariales».
La central sindical que lidera Ainhoa Etxaide afirmó que el pacto actual «deja entrever un escaso propósito de enmienda» y destacó que «el PP se suma al pacto a cambio de abundar y profundizar en los aspectos más regresivos del acuerdo original: se reduce la progresividad sobre las rentas de capital y hay nuevas ayudas en Sociedades». LAB manifestó que «estamos ante un pacto político más allá de la fiscalidad que actúa en defensa de la burguesía». J.BASTERRA
Con mayor o menor énfasis, las tres formaciones implicadas en el pacto han reconocido en algún momento el calado político del mismo. Ayer fue la presidenta del PP de la CAV, Arantza Quiroga, quien abogó por extender este clima de entendimiento con PNV y PSE para garantizar la estabilidad política y presupuestaria en otras instituciones de la comunidad autonómica. Mostró especial interés en la armonización del Impuesto de Patrimonio, por considerar injusto el tributo que están sufriendo en Gipuzkoa.
En esta misma línea, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, reconoció que «lo lógico» es que el pacto fiscal se extienda a los presupuestos de las diferentes instituciones. De hecho, el portavoz del Ejecutivo de Lakua, Josu Erkoreka señaló que el Gobierno está confeccionado el anteproyecto de presupuestos para 2014 y que lo está haciendo «en función de los compromisos asumidos en este acuerdo, en todos los ámbitos». GARA
Permach y Matute recordaron que buena parte de la situación actual de las arcas públicas se debe «a la política fiscal» que estos tres partidos «aprobaron conjuntamente entre 2008 y 2009» y que ha acarreado «un sinfín de recortes sociales».
Con la entrada del PP en el pacto, se elimina la interconexión de datos entre territorios históricos, lo que obstaculiza la lucha contra el fraude fiscal. Se trata de una medida que recibió el visto bueno del PSE en Gipuzkoa.
La coalición criticó que PNV y PSE se hayan unido con el PP por tratarse del partido que impone los recortes sociales desde Madrid. Unas políticas que el PNV «asume de una manera dócil a tiempo que, según denunciaron, no muestra voluntad alguna en alcanzar acuerdos con EH Bildu.