La muerte del general Vo Nguyen Giap, de 102 años y último héroe de la independencia ha desatado una batalla por la gestión de su legado. Desde su fallecimiento el viernes, más de 100.000 personas han desfilado por su casa para rendir honores al genio militar que logró derrotar a los franceses y los estadounidenses. El domingo se le oficiará un funeral de Estado con la presencia de los más altos representantes del país. «El Estado lo quiere convertir en un símbolo de la legitimidad incontestable del partido comunista», remarca Jonathan London, investigador de la Universidad de Hong Kong. «Pero la verdad es que la figura de Giap resultaba bastante incómoda a la dirección actual del partido, cada vez más criticado por sus escándalos de corrupción y su gestión económica», añade. Para el opositor Pham Hong Son «el partido puede seguir disfrutando de los beneficios de los líderes muertos como Ho Chi Minh y Giap por muchos años».