«El Mediterráneo se ha convertido en un cementerio» lamentó ayer el primer ministro maltés, Joseph Muscat, tras el naufragio al sur de Malta que costó la vida a medio centenar de personas, de las que hasta ayer se habían recuperado 34 cuerpos. Otros 200 fueron rescatados por la Marina de Malta y la italiana, después de que la embarcación que ocupaban los inmigrantes, en su mayoría sirios, volcara. El suceso se añade a la muerte solo ocho días antes de al menos 359 personas que huían de Eritrea -ayer se recuperaron otros 20 cadáveres-, pero también a cientos de personas que son rescatadas a diario de las aguas del Mediterráneo.

Ayer mismo militares italianos rescataron con vida a 80 inmigrantes en una embarcación a 80 millas de Lampedusa, mientras que otros 183 fueron rescatados a una milla de la isla.

De nuevo el muelle Favarolo de Lampedusa se volvió a llenar de cadáveres y la isla está colapsada. Su alcaldesa, Giusi Nicolini, pidió que se trasladen urgentemente los cuerpos ya que no hay más espacio en el hangar del aeropuerto donde hasta ahora se encontraban. Una embarcación militar trasldará algunos de los 339 ataúdes hacia cementerios de pueblos sicilianos dispuestos a enterrarlos. La situación empezaba a ser muy complicada con el hallazgo ayer de otros 20 cadáveres y de otros 21 cuerpos del naufragio en aguas de Malta. Nicolini denunció que todas las actividades de Lampedusa están paralizadas pues además de la llegada ininterrumpida de inmigrantes que se agolpan en el centro de acogida, el ayuntamiento también se ocupa de tareas burocráticas de identificación de los fallecidos, así como de acoger a los familiares de las víctimas.

Ante esta situación, se multiplican los llamamientos a una actuación. «En la próxima cumbre europea no dejaré la mesa hasta que no se den soluciones reales», afirmó el primer ministro de Malta.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, demandó una actuación conjunta de la comunidad internacional centrada en «medidas que tratan el causan profundas (de estos naufragios) y que se centran en la vulnerabilidad y el respeto de los derechos humanos de los emigrantes». ACNUR demandó mayor colaboración entre países para aumentar la vigilancia y la capacidad de rescate en el mar Mediterráneo y el primer ministro italiano, pidió a la UE que ponga inmediatamente en marcha el sistema de vigilancia de fronteras Eurosur. Por su parte, el presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keïta, pidió una cumbre internacional sobre migración.