En un principio creó Dios los cielos y la tierra. ¡Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar y descúbrase lo seco! Y llamó a lo seco Tierra y a la reunión de aguas Mares. Lo qué no dice la Biblia es que si esto fue así, Dios empezó a jugar con «tierras y mares», para deshacer y hacer los supercontinentes Vaalbara-Ur, Kenorland, Columbia, Rodinia, Pannotia, Pangea, y no sé si fue bueno o malo, pero así fue.

De tiempos cercanos a la rotura de Rodinia hablamos al referirnos al Urtsuia, «el macizo que aflora las rocas (gneis y cuarcitas), más antiguas (originadas en el Precámbrico, hace 800M de años antes de hoy), de la geografía vasca». Situado (en la actualidad) en Iparralde, Urtsuia formó parte del núcleo central de una primitiva cadena montañosa del microcontinente de Armórica, una placa tectónica independiente, situada entre Laurasia y Godwana. A sus interesantes vistas añadiremos su interés geológico al ser «une clé», una llave, que ayuda a comprender mejor, la historia geológica de los Pirineos.

La señal «Urtsuko itzulia»

Es tiempo de otoño, tiempo en el que Hego Haizea peina nuestras montañas, apropiado para ir a Iparralde y conocer esta antiquísima, modelada y humilde montaña mediante este recorrido cómodo y sencillo. Para ello nos acercaremos a la coqueta población de Mendionde, junto al monte, e iniciaremos nuestro paseo en su aparcamiento.

Andando por la misma carretera manteniendo el sentido al poco de salir del pueblo, tomamos la primera desviación a la derecha, donde veremos una flecha a seguir, que nos introduce de nuevo en el pueblo. Al poco, a la izda un camino sobre prado sale del pueblo, se introduce en un bosquete con erreka, tras la cual espera la señal «Urtsuko itzulia». Dicha señal marca nuestra hoja de ruta en esta excursión. Girando a la derecha y ascendiendo, saldremos del bosquete y, recorriendo un camino asfaltado vecinal que deja a su izda alguna construcción, llegaremos al caserío Etxarenga. Sobrepasado este, en la misma dirección y ascendiendo por camino de tierra, veremos «Urtsuko itzulia». En este punto, «Bidegurutzea», empieza realmente la vuelta al Urtsuia (0.20h).

Giramos a la derecha y por pista de tierra, atravesando prados y pequeños bosquetes de castaños sin desniveles y, disfrutando de vistas, estaremos atentos a una pista, inicialmente con piedra suelta, que en descenso a la derecha nos conducirá a la carretera D152 (0.40h). Junto a ella, «Urtsuko Itzulia» nos invita a salir por pista de tierra y recorrer su flanco NE. Jalonados por robles centenarios, sin perder la misma dirección en el primer cruce de caminos, fijaremos la mirada a la derecha donde un ligero descenso llega a la pista principal («Route Napoléon») que pasa junto a un caserío. Continuando por esta, llegamos a Garate Borda (1.15h), donde giraremos bruscamente a la izda, y por camino vecinal primero y pista de tierra después, manteniendo la dirección, abordaremos el flanco NW en ascenso, evitando tomar la fuerte pista que a su izda sale, mientras somos testigos de diversas indicaciones de piedra «Ursuia pottok» y otros senderos, hitos ellos, previos a una muy cuidada borda (1.45h).

Este punto, antípoda en esta Urtsuko itzulia, es punto de partida para afrontar de manera resolutoria la ascensión a la cima, para lo cual tomaremos la pista de tierra ascendente que sale a mano izda y que, serpenteando la ladera, finaliza junto a una pequeña antena. Allí, a la derecha sobre pastos y helechos, alcanzaremos la antecima y la cima (2.15h).

Desde aquí la panorámica es impresionante, sin igual. Colocando las doce al Norte, tenemos delante la mayor parte de Las Landas, de 3 a 9, todo el occidente de Midi de Bigorre y por el Oeste la costa labortana y el inmenso Atlántico. Mirando el Océano, cuesta imaginar que esta montaña estuviera hace 600M de años emparentada con montañas de Bretaña o Galiza, en la antigua Armorica.

Volviendo a la realidad actual y retrocediendo a la borda, retomamos la Urtsuko itzulia. (2.45h). El camino (pista de tierra mayormente) sigue de manera bastante fiel las curvas de nivel por lo que el flanco occidental se atraviesa rápidamente, a no ser que nos detengamos en las numerosas fuentes que manan al principio y que no deben despistarnos, cuando cojamos la primera bifurcación ascendente, antes de llegar a Iramaldako lepoa (3.20h), con borda y bifurcación.

La lógica de la excursión nos hace girar a la izda para afrontar el flanco sur. En la primera bifurcación cogeremos a la derecha evitando la subida a una borda superior y, entre prados, bosquetes y muchos castaños, llegamos a una zona de pastos y helechos, en la que un inesperado giro brusco a la izda permita alcanzar el pequeño collado al frente (3.40h). Siguiendo por la pista principal que «juega y sintoniza» con las curvas de nivel durante este tramo con entrantes y salientes varios, llegamos, tras pasar algunas bordas, a un conjunto de naves ganaderas.

Entre ellas pasaremos (lo que supone tornar a la izda y nuevo giro a la izda en ascenso tras pasar una valla. Por debajo de otra nave y junto a maizales, llegaremos a un prado que rodeamos por pista de tierra permitiéndonos cerrar el bucle (4.20h), y poder deshacer el inicio de este paseo y finalizarlo (4.35h).