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CRíTICA: «El amor amargo de Chavela»

Las verdades de Chavela Vargas a medias

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Mikel INSAUSTI

No se puede negar que «El amor amargo de Chavela» tiene un gran valor testimonial, por ser el último documental en el que la gran Chavela Vargas habla y canta ante la cámara en plena posesión de sus facultades. El único problema, y no me voy a andar por las ramas, es que ha sido hecho por Rafael Amargo, quien no se conforma con el papel de entrevistador, simple conversador o receptor del mensaje póstumo de la cantante. Sus ansias de protagonismo, que en su caso es puro divismo, malogran lo que podía haber sido un documento muy emotivo. El coreógrafo aprovecha cualquier ocasión para lucirse, incluso con pases de baile, aunque no guarden una relación musical directa con el estilo de las rancheras desgarradas de la homenajeada.

La idea de un hermanamiento entre el bailaor gitano y la brava mexicana está bien llevada, no obstante, gracias a que lo último que editó Chavela fue «Luna grande», un disco-libro con poemas de Federico García Lorca. Amargo aprovecha que un abuelo suyo fue cartero del poeta andaluz, para llevarle a la nonagenaria artista hasta México unas flores y una carta de amor. Y lo hace vestido como el propio Federico, provocando en ella expresiones de identificación con el alma y el duende flamencos.

Sin ánimo de abusar de la memoria de Chavela, no está de más señalar que la conversación central con ella se hace muy, pero que muy corta. Y no lo digo por decir, sino a sabiendas de que existen ocho horas de grabación, de las que en el montaje final solamente se han salvado unos minutos. A los y las chavelistas les deja con ganas de saber más cosas sobre sus últimos años de semiretiro en su casa de Tepoztlán (Morelos), a la vez que los recuerdos no van más allá de la inspiración de las canciones, de su confesa y orgullosa pasión por las mujeres, por Macorina.

No soy quien para juzgar el grado de amistad que unía a Amargo y a Chavela, ni el don de la oportunidad o del oportunismo del documental, pero las ausencias hablan por sí mismas. A Almodóvar, que fue el relanzador de la carrera de la cantante en los 90, se le ve en fotos.

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