Anaitasuna apenas ha tenido tiempo para lamentarse tras la segunda derrota inesperada en una semana. Primero fue la visita al Puerto Sagunto, donde como mínimo el equipo de Aitor Etxaburu aspiraba a ganar, y el domingo la derrota en casa ante el Huesca significaba otro contratiempo en los planes navarros, que no acaban de dar con la tecla en este inicio de Liga.

Y para completar el panorama, la visita de esta tarde al Barcelona (20.00, Ballano y Marín -Catalunya-), en partido adelantado correspondiente a la 7ª jornada liguera -debido a los compromisos europeos del club azulgrana-, no es de las más propicias para intentar recuperar terreno. En el mundo del deporte, muy prolífico en frases hechas y tópicos, ante citas como la de hoy se suele decir que «no hay nada imposible». Es cierto, no es imposible que Anaitasuna puntúe hoy en el Palau Blaugrana, pero las probabilidades de que lo haga son tan minúsculas que tienden a cero.

Del huracán que ha arrasado la Liga Asobal en las dos últimas temporadas, haciendo que un centenar de jugadores y una decena de técnicos hayan emigrado a otras Ligas, solo ha sobrevivido el Barcelona como equipo de elite, que reúne en su actual plantilla dos sietes que cada uno de ellos podría aspirar a ser campeón de la Liga Asobal (y aún le quedaría un tercero de reserva en su filial que lidera la División de Honor Plata, su vivero de promesas). En las tres últimas Ligas el Barcelona ha sido campeón perdiendo un solo partido de 30 cada temporada -3 derrotas en 90 partidos-, y eso en las últimas jornadas (en la 2010-11 ante Ciudad Real en la jornada 27ª, en la 2011-12 con At. Madrid en la 28ª, y en la última Liga ante Naturhouse en la 29ª).

Un grupo de estrellas

Sterbik y Saric en la portería; Rutenka, Karabatic, Lazarov, Entrerríos, Gurbindo o Sarmiento en la primera línea; Tomás y Saubich, Juanín y Stranovsky, más Ariño y Balaguer en la recámara, en los extremos; Noddesbo y Sorhaindo como pivotes; y Virán Morros de líder de su rocoso sistema defensivo. Un grupo confeccionado para pelear por el título continental contra los grandes de Europa, pero que se ha quedado sin rivales en la Liga Asobal. Ni en su peor día cabe concebir una derrota.

Cualquier equipo de esta Liga tendría que rendir por encima del 100% de sus posibilidades, y además pillar al Barça en un día malísimo, para intentar sorprenderle. Y ni Xavi Pascual, ni su equipo, son de los que se despistan. En los seis partidos disputados -y ganados- hasta ahora ha marcado 231 goles -38'5 de media- y encajado casi un centenar menos -95, 22'66 de media-. La victoria por menor diferencia la consiguió en la pista del Guadalajara, por siete goles (28-35), pero el resto han sido palizas por 14 (2), 16, 20 y 24. El pasado martes visitaba al Granollers en el derbi catalán entre los dos únicos equipos que contaban sus partidos por victorias. El resultado disipó cualquier duda sobre las opciones vallesanas de incordiar al Barça: 20-34.

La duda, tremenda, la comparte Aitor Etxaburu con casi todos los entrenadores de la categoría: ¿cómo afrontar los partidos ante este Barcelona? ¿A por todas, a ver qué pasa? ¿Repartiendo minutos como premio entre toda la plantilla, para que puedan jugar ante estas estrellas? ¿Reservando jugadores para otros compromisos?

Ambos equipos se han enfrentado en cinco ocasiones en partido oficial desde que Anaitasuna ascendió a la Liga Asobal hace tres temporadas. En la Liga los navarros hicieron su mejor papel en el estreno de la pasada edición, cuando le plantaron cara en el Palau Blaugrana (26-19), y los otros tres partidos se resolvieron por abultadas diferencias de 12, 14 y 20 goles. Y en octavos de final de Copa, en diciembre del año pasado, los de Iruñea hicieron sudar un poco a los blaugranas en La Catedral (29-33).